"Yo hablé con la víctima, se personó en el cuartel para denunciar a su marido. Me dijo que le tenía miedo, que la estaba acosando y que la había estado persiguiendo". El primer guardia civil que se entrevistó con Lucía Patrascu cuando esta acudió a las dependencias policiales en el Port de Pollença, sobre las seis menos cuarto de la madrugada del pasado 29 de mayo de 2016, cinco horas antes de ser asesinada, recordó este martes en la segunda sesión del juicio con jurado en la Audiencia de Palma que la mujer le indicó que quería denunciar a su esposo, Ioan Ciotau.

"Me dijo que él la había estado persiguiendo, pero no en esos momentos. En ningún momento dijo que la hubiera perseguido hasta el cuartel. Dijo que quería denunciar a su marido por unos problemas. La hice pasar adentro de las dependencias para que denunciara. Ella me dijo que no la había insultado. Le pregunté si él la había amenazado. Me dijo que tenía algo en el teléfono en rumano. Ella me leyó un mensaje y me enseñó varios. No sé a qué hora se marchó del cuartel", detalló el agente, que está imputado en otra causa en un juzgado de instrucción de Inca por denegación de auxilio y que compareció en la vista oral en calidad de testigo.

El guardia de puertas que trabajaba esa madrugada hasta las seis de la mañana, que también está investigado en el otro proceso judicial, admitió que él también se entrevistó con Lucía Patrascu. "Vi a la mujer a las seis de la mañana, ella llegó sobre las seis menos cuarto. Vino para presentar una denuncia contra su marido con el que estaba en trámites de separación. Me entrevisté con ella. El compañero me dijo que la mujer quería denunciar una violencia de género. No me dijo que tuviera miedo", explicó el agente.

"Ella llegó al cuartel sobre las seis menos cuarto. Yo atendía a otras señoritas en ese momento. La mujer me contó que llevaba un mes en trámites de separación de su marido, no me dijo por qué. Dijo que se sentía acosada por su marido, todo era en relación a una violencia de género de tipo psicológico. Me dijo que aquí en España nunca la había agredido", añadió el guardia civil, que se marchó de su puesto al acabar su jornada y que no esperó a que llegara su relevo, que ese día llegó tarde al haberse quedado dormido.

Un tercer guardia investigado que ese día trabajaba en el turno de mañana reconoció ante el jurado popular que él también habló con Lucía Patrascu. "Vi a la víctima. Por la mañana la vi. Hablé con ella. Ella me dijo que quería sacar a su pareja del domicilio que compartían. Se quedó con el guardia de puertas que fue quien la atendió. Comprobamos los datos de ella", confirmó el investigador. "Ese domingo yo trabajaba. Horas después, me comunicaron un altercado en el Port de Pollença Al subir a la vivienda, ya estaban los médicos. Al llegar Criminalística, nos echaron del lugar. El acusado ya estaba detenido. No le vi", agregó.

En total, son cuatro los guardias civiles investigados por denegación de auxilio por presuntamente no dar protección a Lucía Patrascu cuando se presentó en el cuartel del Port de Pollença con la intención de denunciar a su marido cinco horas antes de ser asesinada. Al final su denuncia no se formalizó por escrito.

Cuando la víctima acudió a su domicilio en el Port de Pollença, pasadas las diez de la mañana, se produjo una fuerte discusión con su esposo, Ioan Ciotau, quien poco después la acuchilló en el balcón de casa. La mujer murió asesinada. Su marido se enfrenta a una petición de condena de la fiscalía de 22 años de cárcel por asesinato con alevosía y la agravante de parentesco. La acusación particular reclama 26 años de prisión: 24 por el crimen y otros dos años más por maltrato habitual. La defensa pide su libre absolución.

Otro guardia civil de seguridad ciudadana indicó que Lucía Patrascu se encontraba en el cuartel a las seis menos cinco minutos de la mañana, cuando él entraba para hacer el relevo. “La mujer se quedó allí. Un compañero de puertas que salía nos dijo que posiblemente podía ser un caso de violencia de género, él nos dijo que ella tenía miedo y que quería denunciar a su marido. No hablé con ella, estaba sola en recepción. Al llegar a la casa del Port de Pollença horas después me di cuenta de que era la misma persona”, manifestó el agente.

Otro compañero que empezaba su turno esa mañana también se entrevistó con la víctima durante uno o dos minutos. “La mujer estaba sentada en la recepción. Antes, la habían atendido otros compañeros. Venía a presentar una denuncia por violencia de género. Le pregunté si quería algo, si quería agua. Me dijo que no. Le dije que en cinco minutos llegaría el compañero que le iba a recoger la denuncia. Llegó a las 6,40 horas creo. La mujer me dijo que tenía miedo, se la veía algo nerviosa. Me dijo que quería denunciar a su marido”, apuntó el guardia civil.

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