V.G.V., el responsable del local en el que los implicados en el altercado habían celebrado una fiesta, explicó ayer que el suceso ocurrió en la calle, cuando el establecimiento ya estaba cerrado. "Ningún empleado de mi establecimiento tuvo que sacar a la fuerza a nadie', añadió V.G.V., "ya que mientras estuvo abierto no se produjo ningún incidente. De ser así hubiéramos sido los primeros en avisar a la Policía. El empresario explica que las sillas que se arrojaron durante la reyerta no eran suyas, sino las de un establecimiento contiguo.