Un acusado aceptó ayer en un juzgado de Palma una pena de un año de prisión y una multa por falsificar cuatro recetas médicas para comprar cuatro frascos de Trankimazin en distintas farmacias de la ciudad el pasado año.

El sospechoso se declaró responsable de un delito de falsedad en documento oficial. El hombre utilizó un talonario perteneciente a su padre y rellenó las recetas estampando el sello de un médico que él mismo había confeccionado. También hizo constar el número de colegiada de otra doctora. Ayer se le suspendió la pena por tres años y a cambio de realizar trabajos comunitarios.