¿Ha habido violencia física? ¿Sexual? ¿Celopatía? ¿Tiene antecedentes policiales por violencia de género a otras parejas? ¿Tiene acceso a armas de fuego o a otras armas? ¿Le ha dicho que quería cortar la relación en los últimos seis meses? ¿Ha habido intentos o amenazas de suicidio? ¿Consume drogas? ¿Le preocupa la seguridad de sus hijos?

Estas son algunas de las 39 preguntas incluidas en el cuestionario del Sistema Viogen, un programa informático que manejan tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil y más de 300 cuerpos de Policía Local de toda España, en función del cual se establece el grado de riesgo en el que se encuentra la víctima. Estos niveles, que van desde el no apreciado al extremo, determinarán las medidas de protección a la mujer. El nivel más alto implica una vigilancia permanente

Esta semana la UPF de la Policía Local se encontró con un caso que dio nivel extremo. Una joven que dejó a su pareja hace un mes y desde entonces sufría un constante acoso: agresiones físicas, amenazas de muerte e insultos, y la ha ido a ver al trabajo.

El riesgo elevado se derivaba del hecho de que el agresor estaba libre. De inmediato se cursó una orden de detención y se le proporcionó protección a la joven. Un policía acudía a su casa para acompañarla al trabajo. El hombre, sabiéndose buscado, se presentó al día siguiente en el juzgado de guardia. Fue detenido y quedó libre con cargos y con una orden de alejamiento, lo que permitió rebajar el nivel de riesgo de la víctima. Pero el seguimiento continúa, y este mes los agentes mantendrán varias entrevistas con ella para ver la evolución.