La Policía Nacional se incautó el pasado sábado de un revólver del calibre 22 long rifle inutilizado en casa de Rafael Pantoja, el asesino de Sacramento Roca. Los investigadores registraron el domicilio del detenido en el barrio de la plaza de toros de Palma un día después del crimen. Allí encontraron un arma con el cañón soldado. Los agentes intervinieron el revólver, marca Llama y que no funcionaba, así como cuatro ordenadores y diverso material informático que será analizado.

El Grupo de Homicidios ha concluido que el vigilante de seguridad arrestado, de 44 años, asesinó a su expareja con premeditación. Los investigadores no tienen duda de que Pantoja fue consciente de lo que hacía "antes, durante y después" de la ejecución del crimen.

Precisamente, la fatídica tarde del pasado viernes el hombre llegó a la tienda de muebles Conforama de la calle Aragón, donde trabajaba su expareja desde hacía 13 años, con un machete de caza enfundado en su cintura. Luego, se escondió el arma blanca, de 20 centímetros de hoja, a lo largo de su brazo por la parte interna para no ser descubierto. Eso explicaría por qué andaba hacia la línea de cajas del local, donde se hallaba la víctima, con el brazo derecho pegado al cuerpo para ocultar el cuchillo.

Tras una breve conversación de 18 segundos con Sacramento, en la que esta no le hizo caso, Rafael Pantoja se colocó detrás de ella y, de forma rápida y sorpresiva, la inmovilizó y atacó con el machete sin que la mujer pudiera defenderse. La agresión duró 24 segundos. Acto seguido, el asesino se incorporó con la víctima en el suelo, a sus pies. Permaneció de pie mirando a su alrededor exhibiendo el machete de forma amenazante. Incluso, se inclinó varias veces hacia el lugar donde yacía Sacramento como si le susurrara algo. Finalmente, Pantoja se dirigió al exterior de la tienda caminando de forma tranquila y pausada. Numerosos testigos corrieron a socorrer a la mujer.

Al ver que un joven le perseguía, el sospechoso arrancó a correr por la calle hasta ser interceptado y detenido. Antes de ingresar en el calabozo, pidió ser trasladado al hospital de Son Espases por un fuerte ataque de ansiedad. Quedó ingresado por autolesión.