El fiscal mantuvo ayer en la Audiencia de Palma su petición inicial de pena de diez años de cárcel para el director de una asociación juvenil de la zona de es Raiguer por abusos sexuales a una niña de ocho años durante una acampada en un pueblo de la Serra en mayo de 2016. El abogado de la acusación particular solicitó una condena de doce años de prisión, mientras que la defensa reclamó la libre absolución de su representado, de 28 años.

El caso quedó ayer visto para sentencia ante el tribunal de la sección primera al concluir la segunda sesión del juicio.

La madre de la niña de ocho años que denunció abusos sexuales durante unos campamentos relató ayer en la vista oral contra el director de la asociación juvenil que su hija le contó los hechos.

"La niña me lo contó primero a mí. Le daba mucha vergüenza y mucho asco. Siempre escupía, no podía comer, vomitaba, tenía dolor de barriga", recordó la progenitora ante la sala.

"Se sintió traicionada, era un grupo tan bonito, era como su segunda casa", añadió la madre de la víctima en relación a la asociación en la que el acusado ejercía también de monitor. El pasado miércoles el sospechoso negó de forma rotunda ante el tribunal de la sección primera haber sometido a tocamientos íntimos a la niña, así como haberla besado en la boca. En cambio, la menor ratificó en líneas generales los abusos sexuales a los que se vio sometida por parte del encausado cuando se hallaban realizando una excursión de dos días, los pasados 14 y 15 de mayo de 2016.

"En la escuela me llamaron, me dijeron que la niña no comía, estaba de mal humor, que qué le pasaba. Durante dos o tres semanas era como un bebé, se ponía encima de mí, dormía conmigo. No es una niña celosa ni envidiosa, nunca escuché nada de eso. Cuando nació su hermano, estaba un poco celosa pero no en exceso. Nunca tuve una negociación comercial con el acusado ni con su familia", recalcó la progenitora, rechazando las razones que había alegado el acusado al ser denunciado por abusos sexuales.

La testigo explicó que el monitor encausado era muy cariñoso con los menores. "Siempre tenía un niño encima y le daba abrazos", recordó.

Por su parte, otra monitora que participó en los campamentos manifestó que la víctima quería ser el centro de atención. En una ocasión quiso cambiar de sitio donde estaba sentada y otra vez "se fue a él, se enganchó a él porque quería ser la atracción de todo", indicó la testigo en referencia al monitor acusado. Otro testigo señaló que era imposible que el director de la asociación y la niña se hubieran quedado a solas. Las peritos del Consell de Mallorca confirmaron que el testimonio de la menor es verosímil y creíble.