La madre de la niña de ocho años que denunció abusos sexuales durante una acampada en un pueblo de la Serra en mayo de 2016 ha relatado hoy en la segunda sesión del juicio en la Audiencia de Palma contra el director de una asociación juvenil de la zona de es Raiguer que su hija le contó los hechos.

"La niña me lo contó primero a mí. Le daba mucha vergüenza y mucho asco. Siempre escupía, no podía comer, vomitaba, tenía dolor de barriga", ha recordado la progenitora.

"Se sintió traicionada, era un grupo tan bonito, era como su segunda casa", ha añadido la madre de la víctima en relación a la asociación en la que el acusado ejercía también de monitor. La fiscalía solicita para él una pena de diez años de prisión por un delito continuado de abuso sexual. La acusación particular pide doce años de cárcel. Mientras, la defensa reclama su libre absolución. Ayer, el sospechoso negó de forma rotunda ante el tribunal de la sección primera haber sometido a tocamientos íntimos a la niña, así como haberla besado en la boca.

"En la escuela me llamaron, me dijeron que la niña no comía, estaba de mal humor, que qué le pasaba. Durante dos o tres semanas era como un bebé, se ponía encima de mí, dormía conmigo. No es una niña celosa ni envidiosa, nunca escuché nada de eso. Cuando nació su hermano, estaba un poco celosa pero no en exceso. Nunca tuve una negociación comercial con el acusado ni con su familia", ha recalcado la progenitora, rechazando las razones que había alegado el acusado al ser denunciado por abusos sexuales.

La testigo ha explicado que el monitor encausado era muy cariñoso con los menores. "Siempre tenía un niño encima y le daba abrazos", ha recordado.

Por su parte, otra monitora que participó en los campamentos ha manifestado que la víctima quería ser el centro de atención. En una ocasión quiso cambiar de sitio donde estaba sentada y otra vez "se fue a él, se enganchó a él porque quería ser la atracción de todo", ha indicado la testigo en referencia al monitor acusado.