La forense que practicó la autopsia a la paciente de 61 años que falleció tras una operación de hernia discal en una clínica de Palma en enero de 2015 señaló este jueves en el juicio por una presunta negligencia médica que el neurocirujano que la intervino hizo "demasiada presión" al retirar los fragmentos del disco dañado y realizó una incisión más fuerte en esa zona.

"Los fragmentos hay que extraerlos de una manera más cuidadosa, aunque son difíciles de retirar. La lesión se produjo con el instrumental. Estaba seccionado todo, el ligamento, la arteria y la vena ilíaca", recordó la facultativa.

"No es necesario invadir la cavidad retroperitoneal al colocar el implante. Fue una extracción más agresiva del disco y se traspasó ese espacio. Yo considero que fue un accidente. Está descrito en la bibliografía, puede ocurrir. También aparece en el consentimiento informado. Estos accidentes están descritos", manifestó la forense en la segunda sesión del juicio contra el neurocirujano, de 47 años, acusado de un delito de homicidio por imprudencia grave.

La fiscalía mantiene su solicitud de pena de dos años de prisión para el especialista encausado, además de una indemnización de más de 150.000 euros por la muerte de la paciente, que era doctora y profesora de la UIB. El abogado de la acusación particular, Josep Zaforteza, en representación de la familia de la fallecida, tambiénreclama dos años de cárcel. Mientras, el letrado defensor, Bartomeu Vidal, pide la libre absolución del médico.

La forense explicó que ella vio una sección de los vasos ilíacos de la víctima con un desgarro en la arteria ilíaca en un 60 por ciento del perímetro. "Lo que da a entender el informe médico es que el desgarro del 60% es antes de la segunda intervención", señaló la perito, en relación a la segunda operación de urgencia a la que se sometió a la paciente una vez detectada la hemorragia masiva, que finalmente le produjo la muerte días después, el 15 de enero de 2015.

La forense ha destacado que "lo más correcto", "lo indicado" hubiera sido hacer antes un TAC o una resonancia de contraste a la paciente para valorar el ángulo de incisión y la anchura del cuerpo vertebral. Esto ha sido rechazado de plano por otros tres peritos propuestos por la defensa, quienes han destacado que estas pruebas no se hacen nunca y están "fuera de lugar", además añaden un riesgo por los contrastes o la excesiva radiación.

Estos últimos expertos recalcaron que el neurocirujano acusado actuó correctamente. "Estuvo atento a lo que hacía, hizo lo que tenía que hacer sin abandonar el barco. Lo que ocurrió está descrito en la bibliografía", subrayó uno de los facultativos.

Los tres peritos insistieron en que era imposible que la arteria estuviera desgarrada en un 60% del perímetro porque la paciente hubiera fallecido en pocos minutos. Solo uno de ellos reconoció que es "indeseable" llegar a la cavidad retroperitoneal en una intervención de hernia discal.