Un intenso destello sorprendió ayer de madrugada a Xisca y Maria Antònia, madre e hija, en su domicilio situado en el primer piso del número 51 de la calle Cabana, en Pont d'Inca. Alguien, supuestamente, prendió fuego a los colchones y muebles dejados en la calle para la recogida de trastos viejos. Sus esfuerzos para combatir las llamas evitaron que causaron mayores destrozos en la vivienda. Las persianas mallorquinas, las cristaleras y el aparato de aire acondicionado quedaron destrozados.

Tres mujeres de 36, 57 y 86 años resultaron ayer intoxicadas, de carácter leve, por inhalación de humo ayer de madrugada en el Pont d'Inca al arder muebles y colchones depositados en la calle para su recogida. Una espesa humareda inundado las estancias y la escaleras del edificio. Todos los indicios apuntan a que el fuego fue intencionado.

"Vi una luz fuerte salir del salón y creía que estaba algo encendido. Cuando salí vi que estaba todo ardiendo y empecé a echarle cubos de agua", explicó ayer Maria Antònia mientras se afanaba en limpiar los restos del desastre.

"El problema es que el ayuntamiento de Marratxí deja sacar los trastos por la noche. Si solo los dejaran sacar por el día no habría ocurrido esto", sentenció Maria Antònia. Su madre esperaba que el seguro de la vivienda reparara algunos de los destrozos más gravosos que le había causado el incendio.

"Si llega a afectar al aparcamiento comunitario de abajo salimos todos volando. Hay cuarenta coches", apuntó Xisca. Paradójicamente, se da la circunstancia de que el edificio también alberga un aljibe para almacenar agua y ayudar a los bomberos a la extinción.

El siniestro ocurrió sobre las tres menos cuarto de la madrugada en un inmueble situado en el número 51 de la calle Cabana, en el término municipal de Marratxí. De repente, los muebles y colchones depositados en la calle para su recogida comenzaron a arder y las llamas se extendieron hasta la fachada de la vivienda situada frente a ellos.

Estado en el que quedó el domicilio del primer piso como consecuencia del fuego. LORENZO MARINA

En poco tiempo, las llamas alcanzaron grandes dimensiones. El fuego afectó a una persiana mallorquina y se adentró en el primer piso. Una cortina de humo inundado la escalera y afectó al primer y al segundo piso.

Despliegue de efectivos

Un importante despliegue de efectivos se movilizó hasta el inmueble de la calle Cabana. Así, dotaciones de Bombers de Palma y de Bombers de Mallorca, del parque de Inca, acudieron para sofocar las llamas. También se activó una UVI móvil y una ambulancia del Ib-salut y se personaron agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local de Marratxí.

Las labores de extinción del fuego se prolongaron durante dos horas. Aunque los esfuerzos de los bomberos se centraron en disipar la espesa humareda acumulada. Las asistencias sanitarias asistieron 'in situ' a las tres mujeres residentes en el primer piso al presentar síntomas de intoxicación leve. No fue preciso su traslado a un centro sanitario.

Las primeras hipótesis sobre las causas del incendio apuntan a que fue intencionado. Al parecer, el incendiario encontró en los muebles y el colchón apilados en la calle para la recogida de trastos viejos un perfecto combustible para las llamas.

En la calle, varios operarios se dedicaban ayer barrer en la acera los restos de los enseres viejos calcinados: el armazón de dos colchones y una bicicleta estática. La supuesta obra de un incendiario bordeó el desastre.