Hace unos días, un vecino de una urbanización de la zona de Llucmajor reparó en un pequeño detalle cuando caminaba. Dos flamantes todoterreno estaban aparcados en la calle. Los coches eran prácticamente idénticos, con la salvedad de que uno era de color negro y otro blanco. Compartían la misma marca de automóvil, no eran el mismo modelo, pero eran similares. Eran tan parecidos que hasta las placas de matrícula eran las mismas. ¿Dos vehículos compartiendo una misma matrícula? El sorprendente caso llegó a oídos de la Policía Local de Llucmajor, que decidió intervenir. Así, finalmente, los agentes retiraron el coche negro. El propietario se hallaba en el extranjero. Este automóvil figuraba a nombre de la empresa del hombre con documentación italiana. Mientras, el todoterreno blanco, que pertenece a su mujer, estaba en regla, por lo que siguió allí estacionado correctamente.

El vendedor de pollos

Un ciudadano rumano fue condenado esta semana a dos años de prisión por explotar laboralmente y humillar a sus trabajadores en un agroturismo situado a las afueras de Manacor. El sospechoso también se dedica a vender pollos asados en distintos pueblos de la isla. Compagina este negocio mientras también regenta un establecimiento turístico. En este lugar, vulneraba los derechos de sus empleados pagándoles a uno o tres euros la hora por jornadas maratonianas sin días libres ni vacaciones. Además, les hacía dormir en habitaciones en condiciones insalubres y sin ventilación y les vejaba con frases despectivas.

Llueve sobre mojado

A principios de esta semana, volvió a llover y a soplar el viento con fuerza en la isla. Una de las zonas perjudicadas fue Sant Llorenç, el municipio devastado a principios de octubre por la riada que causó trece muertos, entre ellos un niño de seis años. Precisamente, los Bombers de Mallorca intervinieron en la calle Estació, una de las de la zona cero, debido a que un árbol había caído. Los especialistas actuaron para retirar las ramas.

Caos en Son Hugo

Cada vez que llueve o hay tormenta en Palma se desencadena un caos circulatorio en Son Hugo y Son Oliva. Esta situación se debe a que los semáforos que regulan el tráfico para cruzar las vías del tren de Sóller dejan de funcionar o bien se bloquean. De esta manera, se produce un embotellamiento, ya que los vehículos no circulan al ver que no cambia la luz roja. Solo los conductores más osados asoman el morro por la vía del tren, cansados de esperar más de diez minutos, y siguen su camino.

Cuidado con los revisores

Con la llegada del mal tiempo y la bajada de las temperaturas vuelven los timadores de las inspecciones del gas. Hace días, unos revisores se presentaron en un municipio de es Pla. Con la excusa de trabajar para una conocida empresa, se cuelan en las casas e inspeccionan las instalaciones. Hacen pequeñas reparaciones por las que cobran precios desorbitados.