Javier Castilla negó ayer que su perro lobo fugado de su finca de Puigpunyent sea peligroso. No obstante a la manada fugada de su finca en Puigpunyent se le atribuye haber matado y devorado a un poni y haber mordido a otro pequeño equino en la reserva de Galatzó.

"Uno a uno no son peligrosos, en manada les pasa como a los humanosen manada les pasa como a los humanos. Se envalentonan y hacen cosas que no harían estando solos", afirmó. El propietario de estos animales asegura tener localizado al macho alfa que aún permanece fugado de su finca una semana después de escaparse.

"Está a un kilómetro de Puigpunyent, en las afueras del pueblo. Está allí porque hay una asociación que da de comer a los gatos, pero no ha atacado a ninguno de ellos". Con estas palabras, Javier Castilla abogó por su comportamiento pacífico.

"Ha nacido en cautiverio, no tiene el instinto de cazar. Se ha acercado a una zona donde piensan que le van a dar comida", apuntó el propietario del can.

Los otros cinco canes fugados de la finca fueron regresando al redil "en fila india", según su dueño. El que se resiste a volver es el considerado como líder de la manada.

Prevención de nuevos ataques

La encendida defensa de los perros de su dueño contrasta con las medidas de seguridad que han tenido que adoptar en la reserva de Galatzó desde que estos perros se fugaran. "Llevamos una semana durmiendo con los animales para que no los ataquen", abundó el director, Juan Torrente. "Tenemos el parque cerrado como medida de precaución. Han matado y comido a un poni y el otro tiene heridas graves", resaltó.

Desde la fuga de estos animales en Puigpunyent se puso en marcha un amplio dispositivo de rastreo. Efectivos del Seprona de la Guardia Civil colocaron trampas y contaron con apoyo de la Policía Local de Puigpunyent y técnicos de Medi Ambient.

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