La Audiencia de Palma ha juzgado este viernes a un hombre por violar a su hijastra de once años en dos ocasiones y dejarla embarazada en el domicilio familiar en la ciudad entre septiembre y octubre de 2017.

El acusado, de 34 años y origen ecuatoriano, ha reconocido ante la sala que tuvo sexo con la hija de su pareja, pero ha alegado que fueron "relaciones consentidas" y que él iba bebido. "Ocurrió dos veces, yo casi siempre iba bebido. En teoría, fue ella que me buscó. Fue en el sofá de la casa, estábamos solos y sucedió así", ha detallado.

En cambio, la víctima, que ahora tiene trece años, ha confirmado que él la forzó, pese a que ella le pidió que parara y que la dejara en paz y además trató de subirse los pantalones cuando él se los bajaba. "Yo tenía once años. Nos llevábamos bien, yo confiaba en él. Un día que mi madre no estaba en casa porque trabajaba estábamos los dos en el sofá viendo la tele. Él empezó a acercarse y yo me alejaba. Me empezó a bajar los pantalones y yo intentaba subirlos, pero él seguía. Me decía que estuviera tranquila que no iba a pasar nada, yo le decía que parara, me cogió de las piernas y ya empezó. Esto sucedió dos veces", ha explicado la menor a través de videoconferencia.

"Me dijo que no se lo contara a mi madre. Después de un tiempo, me dijo que solo quería cuidarme y protegerme. Él no estaba bebido. Después de que ocurriera las dos veces me pidió perdón", ha asegurado la perjudicada ante el tribunal de la sección segunda.

La fiscal ha reclamado para el sospechoso una pena de 15 años de prisión por un delito continuado de abuso sexual con acceso carnal. También ha solicitado que se le prohíba aproximarse y comunicarse con la víctima durante 20 años, su inhabilitación por tiempo de 15 años para ejercer cualquier profesión u oficio que implique contacto regular y directo con menores y otros diez años de libertad vigilada, en los que deberá someterse a un programa formativo de educación sexual. En concepto de responsabilidad civil, el ministerio fiscal ha pedido una indemnización de 9.000 euros por los daños morales ocasionados a la niña.

Mientras, el abogado defensor ha solicitado 12 años de cárcel por abusos sexuales con la circunstancia atenuante muy cualificada de arrepentimiento y confesión. El encausado no ha hecho uso del turno de la última palabra y el caso ha quedado visto para sentencia.

La madre de la niña ha indicado que la noche anterior a llevar a su hija al pediatra porque no le llegaba la menstruación, él le dijo que tenía que hablar con ella. "Me dijo ?he cometido un error? y en seguida me abalancé sobre él. Mi hija se echó a llorar. Le pregunté si había tenido relaciones sexuales y me decía que sí con la cabeza y seguía llorando. Ya no le pregunté más. Ya sabía que estaba embarazada", ha subrayado la progenitora. "Él nunca bebía ni tomaba drogas. No me pidió disculpas ni estaba arrepentido. Solo repetía ?lo podemos arreglar?, lo vamos a arreglar?", ha añadido la madre.

Como consecuencia de estos hechos, la niña sufrió un embarazo no deseado y tuvo que abortar. Una doctora ha señalado que no querían continuar con el embarazo. Una técnica del servicio de menores del Consell ha explicado que la víctima estaba muy afectada emocionalmente y que su testimonio era creíble y válido.

El acusado ha insistido en que estaba arrepentido: "Yo soy culpable, lo sé. No era consciente al cien por cien. Me arrepiento totalmente, busco la manera de enmendar el error. Se lo confesé a la madre por el tormento que llevaba y por la angustia por lo ocurrido".