"Cada vez que me negaba a hacer lo que él quería le pegaba a los perros, yo no soportaba que sufrieran, por eso me quedé con él", así relataba entre sollozos una joven cómo aguantó durante años los presuntos abusos sexuales de su padrastro en silencio, por miedo a lo que pudiera hacerle a estos animales.

"Dejé que siguiera abusando de mí por amor a mis perros, ellos lo dan todo sin pedir nada a cambio", argumentó la víctima en el juicio celebrado ayer en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de València.

El acusado, de 40 años y en prisión provisional desde el pasado mes de enero, se enfrenta a una pena de doce años de cárcel por un delito de abusos sexuales continuados sobre la hija de su expareja sentimental.

Las presuntas violaciones, ocurridas en una vivienda de un municipio de l'Horta cuyo nombre omite este periódico para preservar el anonimato de la víctima, comenzaron cuando la menor apenas tenía quince años y se prolongaron hasta que ésta se quedó embarazada.

El presunto agresor reconoció ante la Sala haber tenido sexo con la menor, aunque alegó que las relaciones fueron consentidas y que éstas comenzaron cuando ella tenía 17 años, conocedor de que la edad de consentimiento sexual son los 16. "No me quiera liar, pregúnteselo a ella", contestaba al fiscal con evasivas sobre las presuntas violaciones y las amenazas con las que la amedrentaba.

Durante toda la vista oral el acusado mantuvo un tono arrogante y tuvo que ser llamado al orden en varias ocasiones por hacer comentarios contra las afirmaciones de la víctima. Incluso amenazó con marcharse de la sala sin tener en cuenta siquiera que detrás de él dos agentes de la Policía Nacional lo seguían custodiando para una vez finalizado el juicio llevarlo de vuelta a prisión.

Los hechos fueron denunciados en septiembre de 2017 cuando la expareja del acusado descubrió que su hija estaba embarazada de cinco meses. "Al final se derrumbó y me dijo que el padre de la criatura era él y todo lo que había pasado", explicó la madre de la víctima.

Por su parte, la defensa del procesado atribuye la denuncia precisamente al hecho de que la mujer descubriera que el hombre con el que había mantenido una relación análoga al matrimonio durante más de quince años había dejado embarazada a su hija.

La Fiscalía sostiene que el acusado aprovechó la notable diferencia de edad y la relación paternofilial, ya que la había criado desde los once meses, para abusar de la menor y satisfacer sus deseos sexuales. "Entraba en mi habitación por las noches y me decía que esa era la única forma de demostrarle que le quería como padre", recuerda la víctima. En otras ocasiones la forzaba en el balcón de la vivienda, que había recubierto con maderas para que nadie pudiera ver qué oscuros juegos hacía con su hijastra.