La Policía Nacional de Palma arrestó el pasado lunes a un hombre de 30 años, que trabaja en un gimnasio de Palma, como presunto autor de repetidas agresiones y abusos sexuales a su pareja durante meses. La mujer, que manifestó a los agentes que no había denunciado antes porque estaba atemorizada, relató que el hombre en una ocasión la hizo subir al ring del local deportivo y la utilizó como sparring y que la obligaba a mantener relaciones sexuales en contra de su voluntad. El detenido fue conducido el martes a disposición judicial. En su declaración negó las agresiones y dijo que ella había intentado autolesionarse en una ocasión, y que tuvo que reducirla para evitar que se hiciera daño. El juez ordenó su ingreso en prisión provisional.

Según informaron ayer fuentes de la Policía Nacional, la mujer acudió el pasado lunes a la Jefatura de Palma para denunciar que su pareja la sometía a repetidas agresiones y abusos sexuales desde hace meses. Sufría estos malos tratos desde poco después de empezar la relación. Recibía insultos, golpes y vejaciones. Explicó que en una ocasión la había encerrado en el gimnasio donde trabaja, ubicado en la calle Jaume Balmes de Palma, la hizo subir al ring y la golpeó como si fuera un saco de boxeo.

A consecuencia de esta paliza tuvo que acudir a un hospital de Palma, pero mintió al personal sanitario sobre el origen de sus lesiones porque tenía miedo a las represalias de su pareja.

La denunciante manifestó a los agentes que sufría también constantes abusos sexuales. Según explicó, su pareja la obligaba a mantener relaciones sexuales en contra de su voluntad, y ella finalmente accedía también por miedo a sufrir más agresiones.

Esta situación se habría mantenido durante los últimos meses. De hecho, la Policía había acudido en una ocasión al gimnasio después de que un ciudadano alertara de que se estaba produciendo un episodio de violencia de género. Al parecer, la mujer se había dejado una cajetilla de tabaco en el interior del centro deportivo, y el hombre reaccionó con una gran violencia. La metió en el vestuario del gimnasio y allí presuntamente la insultó y la agredió hasta que llegó la Policía. De nuevo, la mujer mintió a los agentes por miedo, lo que evitó que fuera arrestado.

Finalmente, tras recibir la denuncia de la víctima el pasado lunes, la Policía procedió a la detención del sospechoso. El hombre fue conducido el martes a disposición del juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Palma. En su declaración judicial el individuo negó las acusaciones. Dijo que en una ocasión ella había intentado autolesionarse con un cuchillo y él la había reducido para evitar que se hiciera daño. También negó haberla obligado a mantener relaciones sexuales, y solo admitió que en alguna ocasión podría haberla amenazado a través de whatsapp.

Tras prestar declaración, el juez ordenó su ingreso en prisión provisional.