Una mujer se enfrenta a un año de prisión por acuchillar al perro de su compañero de piso en Palma. La fiscalía y la acusación particular sostienen que la acusada atacó al can, un beagle de siete meses, con un objeto punzante, causándole graves lesiones que a punto estuvieron de costarle la vida. El perro perdió mucha sangre y fue intervenido quirúrgicamente, tras lo que logró recuperarse. La sospechosa negó los cargos ayer, durante el juicio celebrado en un juzgado de lo penal de Palma. Según su versión, el animal entró en su dormitorio ya malherido.

Los hechos ocurrieron en la noche del pasado 24 de octubre de 2017, en una vivienda de la calle Francesc Sancho de Palma donde convivían varias personas. La Policía Local acudió al inmueble a instancias del dueño del perro y lo encontró con una herida inciso contusa de cuatro centímetros por la que manaba abundante cantidad de sangre. El animal fue llevado esa madrugada a un centro veterinario, donde fue operado de urgencia.

“Soy una amante de los perros”

La acusada, imputada por un delito de maltrato grave a animal doméstico, explicó que ella estaba tumbada en su cama cuando empezó a escuchar gritos y al dueño del perro pidiéndole explicaciones. “El perro entró ya herido en la habitación. Había mucha gente en la casa. Vi sangre en el pasillo, en la cocina, en la entrada. Yo no le agredí. Soy una amante de los perros”, explicó ante la sala. La mujer aseguró que cuando salió de su habitación el can estaba ya fuera. Además, dijo que el dueño del animal no solo no se encargaba de él, sino que además lo maltrataba, y que era ella quién lo cuidaba habitualmente. Añadió que el hombre tenía habitualmente herramientas de construcción en el piso, con los que el perro podría haberse lesionado, y que él quería que se fuera de la vivienda para acomodar a un familiar.

El propietario del beagle contó que esa noche él y su hermano estaban durmiendo en la vivienda cuando oyeron un “aullido brutal”. “Salimos del cuarto. El perro chillaba, le oíamos dentro de la habitación” de la acusada. “Ella no abría la puerta, la tenía cerrada por dentro. Quisimos hasta forzarla. Cuando abrió, el perro salió herido y ella se sentó en el suelo. Estaba borracha perdida, había sangre en su habitación”, dijo.

El veterinario que atendió al animal aquella misma noche señaló que tenía una “herida profunda en el cuello, de unos cinco centímetros”. El especialista atribuyó la lesión a unas tijeras o un cuchillo de cortar carne. “Había perdido mucha sangre. Fue intervenido y estuvo tres o cuatro días ingresado, en estado de shock”, afirmó.

Los dos agentes de la Policía Local de Palma que acudieron al domicilio, alertados por el propietario, contaron que había sangre en varios puntos de la vivienda, especialmente tras la puerta del dormitorio de la acusada. “Peligraba su vida. Había perdido mucha sangre y era un animal pequeño”, dijeron los funcionarios, que no hallaron el objeto con el que se había lesionado al can ni otros útiles con los que podría haberse causado las lesiones accidentalmente. Sobre la acusada, dijeron que sollozaba y no atendía a sus requerimientos y calificaron de “incongruentes” sus explicaciones. Uno de los policías afirmó que se la veía afectada por lo ocurrido.

La fiscalía y el abogado de la acusación particular reclamaron al concluir la vista un año de prisión para la sospechosa por un delito de maltrato animal grave. Además, piden que indemnice con 450 euros al dueño del animal por el coste del tratamiento veterinario que precisó para recuperarse. La defensa, por su parte,pidió la absolución de la mujer al entender que no hay pruebas de que atacara al perro.