Un hombre de unos 70 años fue juzgado ayer en Palma por abusar sexualmente de una joven veinteañera en unos grandes almacenes de la ciudad a finales de 2017. El acusado negó haber sometido a tocamientos íntimos a la víctima y dijo que no se acordaba "de nada". Según su versión, lo único que recordaba es que una mujer le cortó el paso y no le dejaba salir del establecimiento ubicado en las Avenidas de Palma.

En cambio, la perjudicada, de 24 años, manifestó en la sala que el pasado 22 de noviembre de 2017, sobre las tres y media de la tarde, iba caminando con su madre hacia el aparcamiento del centro comercial cuando se cruzó con el sospechoso. "Le vi que venía, me aparté y noté cómo me metía la mano. No fue sin querer, más que nada porque hizo presión. Le dije '¿qué has hecho?' y él me dijo 'solo fue un roce", detalló la víctima. "Me dio la sensación de que él sabía lo que había hecho. Se lo conté a mi madre y ella fue hacia él porque él se iba. Mi madre empezó a gritar, él se quería ir a toda costa y varias personas le obligaron a quedarse", agregó la joven.

El fiscal solicitó ayer para el sospechoso una pena de un año y medio de prisión por un delito de abuso sexual. Según su tesis, el hombre fue consciente en todo momento y quiso satisfacer su ánimo libidinoso, ya que fue directamente a la zona genital de la perjudicada.

La abogada defensora pidió la libre absolución de su representado al considerar que no tuvo ninguna intención sexual y, además, padece una enfermedad mental que le provoca una ralentización motor y mental agravada también por el parkinson que sufre. De hecho, su psiquiatra explicó que el paciente padece una depresión psicótica, una esquizofrenia delirante paranoide con un deterioro a nivel cognitivo. "Él es muy lento de movimiento y de reflejos. Nunca ha habido quejas de ninguna otra paciente del hospital. Conociendo al paciente desde 2006- 2007, no me cuadran estos hechos. Este señor vive en un mundo paralelo. Nunca ha tenido una conducta fuera de lo normal", apuntó el especialista.

Por otro lado, un forense realizó un informe en el que concluye que el acusado no padece ninguna alteración mental que afecte a su voluntad.

Cuando la víctima ayer escenificó el momento en el que fue abusada ante la magistrada, el hombre reaccionó de inmediato y dijo "mentira". La jueza le llamó la atención y le advirtió de que debía permanecer en silencio.

La madre de la perjudicada también recordó cómo se produjeron los hechos y tanto un vigilante de seguridad como un policía nacional coincidieron al indicar que el hombre parecía una persona aparentemente normal.

El hermano del encausado dijo que está enfermo y que muchas veces tropieza con la gente porque no anda seguro. "No sé por qué estoy aquí, yo no me acuerdo de nada, no me rocé ni toqué a una chica. Ni la palpé ni sé si era una joven o una señora. Solo recuerdo que una mujer no me dejaba salir", insistió el acusado.