El camionero sancionado y demandado por la muerte de cuatro jóvenes mallorquinas en Florida (Estados Unidos) ya había sido multado por exceso de velocidad. La investigación policial sobre el accidente de tráfico, ocurrido el pasado 3 de marzo, revela que el hombre no frenó antes de llevarse por delante el turismo de las víctimas. "Vi un coche parado, con el intermitente puesto para girar a la izquierda. Lo rodeé, pero el camión que iba detrás de mí fue incapaz de esquivarlo", contó a los investigadores uno de los seis testigos interrogados por los agentes estadounidenses.

Las pesquisas de la Policía de carreteras de Florida (FHP, por sus siglas en inglés), permitieron determinar que el camionero circulaba por encima de la velocidad permitida cuando embistió la parte trasera del Nissan de las mallorquinas. Por el mismo motivo ya fue sancionado en noviembre de 2016, apenas medio año después de obtener el carné de conducir. Su licencia incluye una restricción por sus problemas en la vista, que le obliga a utilizar gafas al volante. Los investigadores no encontraron ninguna marca de frenada del camión en el lugar del siniestro. Solo apreciaron una señal de que había dado un volantazo para evitar el choque con el turismo. Tras la colisión, el coche salió despedido, chocó de frente contra una autocaravana y luego con un árbol.

El acusado, Carlos M.B., no quiso declarar ante la Policía. Estrenaba aquel día un camión de su empresa. Desde que comenzó la jornada laboral seis horas antes del accidente había recorrido 220 kilómetros, según consta en el informe policial. Todos los testigos coincidieron en que el coche de las víctimas estaba parado, con el intermitente activado para señalizar un giro reglamentario a la izquierda que pretendía realizar. El atestado incluye un extenso reportaje fotográfico del estado de los vehículos y las diversas pruebas recabadas en el lugar tras el accidente. Unas imágenes inéditas a las que ha tenido acceso DIARIO de MALLORCA.

El conductor del camión ha sido sancionado ahora con seis meses sin carné y un curso de educación vial por el exceso de velocidad en el siniestro, ya que la Policía no considera que exista responsabilidad criminal. Las familias de las cuatro mallorquinas han presentado una demanda civil en Estados Unidos, en la que reclaman inicialmente una indemnización de 42 millones de euros tanto al conductor acusado como a su empresa.