Un acusado aceptó ayer en un juzgado de Palma dos penas de multa por agredir a un vigilante de seguridad de un centro comercial de la ciudad y causarle heridas leves en el verano de 2017. El sospechoso intentó entrar en el establecimiento de madrugada haciéndose pasar por un empleado de Coca-Cola, pero como no llevaba ningún tipo de acreditación no le dejaron pasar. Entonces, adoptó una actitud agresiva e intimidante y dijo que era un terrorista y que pondría una bomba. Cuando el vigilante perjudicado intervino y le indicó que se marchara del lugar, el agresor hizo caso omiso y forcejeó con él, tirándolo al suelo. La víctima sufrió contusiones varias con un traumatismo en el hombro y el brazo. Precisó una asistencia médica y estuvo siete días de baja laboral.

Ayer, el encausado, de origen francés, reconoció los hechos y se conformó con la condena. El magistrado dictó sentencia 'in voce' y le impuso dos penas de multa por un delito de resistencia y desobediencia a los agentes de la autoridad y por un delito leve de lesiones.

El juez apreció también la circunstancia atenuante de reparación del daño, ya que el sospechoso consignó 198 euros. La agresión ocurrió sobre las seis y veinte minutos de la madrugada del pasado 29 de julio de 2017, cuando el hombre acudió a un centro comercial de Palma e intentó entrar en el local. En un primer momento, le dijo a una vigilante que era un trabajador de Coca-Cola, pero al no llevar sus credenciales la mujer no le dejó pasar. Acto seguido, la intimidó diciendo que era un terrorista y que pondría una bomba, por lo que la vigilante avisó a un compañero. De forma inmediata, se personó otro vigilante que le dijo que abandonara el lugar. El acusado le agredió.