Catorce años después de que la Guardia Civil descubriera en el interior de un todoterreno un alijo de seis kilos de cocaína en Palma, la Audiencia Provincial ha juzgado este martes a uno de los sospechosos del caso. El Land Rover Freelander incautado hacía poco tiempo que había desembarcado en la ciudad procedente de Valencia. Los investigadores sorprendieron poco después a sus ocupantes la noche del 6 de septiembre de 2004 cuando se saludaban efusivamente con una pareja en las inmediaciones de un hotel cercano al Paseo Marítimo de Palma. Uno de los miembros de esta pareja ha sido juzgado hoy como el supuesto receptor del alijo de droga.

El acusado ha negado los cargos ante el tribunal de la sección primera. La fiscal ha solicitado para él una pena de siete años y medio de prisión y una multa de un millón y medio de euros por un delito contra la salud pública.

El hombre ha rechazado ser el destinatario de la cocaína y estar esperando en el hotel la llegada del coche que transportaba los estupefacientes y que había viajado en un buque de línea regular desde Valencia. "Yo no sabía nada de la droga, no tengo ninguna relación con el Land Rover", ha recalcado el sospechoso.

El encausado ha explicado que el 6 de septiembre de 2004 estuvo en la isla con su pareja. "Vine a pasar un fin de semana con mi pareja y a cobrar un vehículo que había vendido y que habría traído un mes y medio antes", ha aclarado. Según su versión, en esas fechas trabajaba en la compraventa de coches y también recibió dinero por la venta de propiedades de su padre.

La noche en la que la Guardia Civil les sorprendió, el sospechoso ha reconocido que había quedado con otra pareja que venía a la isla a una boda. Todos ellos se encontraron en las inmediaciones de un hotel de la ciudad. La mujer llevaba un todoterreno en el que los agentes encontraron la droga. "Yo no sabía nada de lo que llevaban en el coche", ha insistido. Su abogado defensor ha solicitado su libre absolución por falta de pruebas.

El acusado únicamente ha reconocido que, tras ser identificado por los agentes, rompió una tarjeta de memoria porque tenía fotos comprometidas con su pareja. También ha confesado que en esas fechas utilizaba el nombre de otro hombre, al que conocía, porque un juzgado de Madrid le buscaba.

La Guardia Civil empezó a investigar al sospechoso al detectar los constantes viajes que realizaba a la isla. A los agentes les llamó la atención el efusivo encuentro que se produjo entre los implicados junto a un hotel y luego que no se bajaran los cristales de las ventanillas del todoterreno. Cuando registraron el vehículo en la Comandancia y desmontaron las puertas, los investigadores hallaron seis paquetes con más de seis kilos de cocaína de una pureza del 68 por ciento y un valor en el mercado ilícito de casi medio millón de euros.

En la habitación del hotel donde se hospedaba el encausado junto a su pareja, que resultó absuelta por estos hechos, la Guardia Civil también se incautó de 7.700 euros propiedad del sospechoso, según la versión de la fiscalía.

El juicio ha quedado visto para sentencia hoy al mediodía en la Audiencia de Palma.