La sobrecarga de la batería externa de un teléfono móvil provocó ayer un incendio de grandes dimensiones y destruyó por completo una habitación de un 'piso patera' de Son Oliva. El resto de dormitorios no resultó afectado por el humo. Por fortuna no hubo que lamentar víctimas, al encontrarse vacío.

El incendio se produjo sobre las tres de la tarde en un domicilio de la segunda planta del número 3 de la calle Julián Gayarre de Palma, situado justo enfrente del parque de Son Oliva.

En dicho inmueble había cuatro habitaciones alquiladas donde conviven varias familias, aunque todo el incendio se concentró en una de ellas. La sobrecarga de una batería externa de un móvil desencadenó un virulento fuego que se propagó con rapidez y las llamas asomaron por la ventana.

Dotaciones de Bombers de Palma acudieron con rapidez hasta dicha calle a bordo de una autoescalera y de una autobomba. Por su parte, agentes de la Policía Local se encargaron de cortar el tráfico mientras trabajaban los servicios de extinción.

Al ver el fuego, el portero del edificio avisó a los residentes para que abandonaran sus viviendas de inmediato. Los vecinos aguardaron en la calle a que los bomberos sofocaran las llamas.

La habitación donde se localizó el foco del incendio quedó completamente destrozada. En muy poco tiempo se alcanzaron temperaturas muy elevadas. Los esfuerzos de los bomberos se centraron en evitar que se extendiera por otras habitaciones. En vista de la rápida respuesta de los servicios de extinción, uno de los residentes expresó su agradecimiento a los bomberos. "Les agradezco lo bien que actuaron, con mucha responsabilidad", subrayó uno de los moradores de la habitación siniestrada. Una vez que la habitación se enfrió, los residentes pudieron entrar en la vivienda, acompañados por bomberos, para recuperar algunos de sus efectos personales.