Por segunda vez en menos de un mes, la Policía Nacional intervino dosis de "gas de la risa" en un mismo bar de la Platja de Palma. Los agentes detuvieron al propietario, de 35 años y nacionalidad holandesa, como presunto autor de un delito contra la salud pública.

La primera actuación en este establecimiento de ocio de la Platja de Palma se llevó a cabo el pasado 17 de agosto. Agentes de la Comisaría de la Playa de Palma requisaron entonces diversas botellas de óxido nitroso, más conocido por "gas de la risa". También intervinieron útiles para la venta y distribución de esta sustancia. Las dosis se las vendían a los clientes del local por cinco euros, que lo inhalaban de globos.

Unas semanas después, los investigadores averiguaron que el propietario de este local de ocio de primera línea seguía vendiendo "gas de la risa" a sus clientes. A pesar de que en la primera intervención le fueron requisadas botellas y ampollas que contenían el óxido nitroso, el dueño del establecimiento había adquirido de nuevo esta sustancia.

Así, el pasado sábado, agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO), junto a efectivos de la Brigada de Seguridad Ciudadana y de la Comisaría de Platja de Palma llevaron a cabo una segunda inspección en el local.

Las sospechas de que el propietario de dicho establecimiento de la Platja de Palma había vuelto a las andadas no tardaron en confirmarse. En el interior del local hallaron numerosas dosis de óxido nitroso y material para la distribución y venta de esta sustancia a los clientes.

Además, los investigadores averiguaron qué procedimiento seguía el propietario del local para adquirir esta sustancia. El "gas de la risa" lo compraba en una página web de Holanda y luego las dosis se las enviaban a su local de la Platja de Palma, donde se las vendía a sus clientes. Los agentes le detuvieron por un presunto delito contra la salud pública.

Desde el año 2013, la Dirección de Salud Pública del Govern prohibió la comercialización y el suministro en ambientes lúdicos del óxido nitroso. De hecho, informes del Instituto Nacional de Toxicología, el Instituto de Medicina Legal de Asturias y el Servicio de Sanidad de Murcia consideran que la inhalación del gas de la risa es muy peligrosa y puede causar la muerte por asfixia.