6:20 de la mañana de hoy. El ruido despierta y molesta a algunos vecinos del bulevar Abel Matutes, en el centro de Ibiza. Un grupo de niños "españoles, de entre 14 y 16 años" -explica un testigo- salta sobre la vela que da sombra al parque infantil de la plaza Antoni Albert i Nieto.

La 'gracia' de esta gamberrada es utilizar el toldo como si fuese una cama elástica. Pero no lo es, y como no está preparado para que unos 6 niños, con el peso que eso implica, peguen botes encima, corren el riesgo de que se rompa y tengan un grave accidente.

Un vecino de la zona explica que al ver lo que estaban haciendo ha llamado a la Policía Local pero que "aunque los agentes no tardaron mucho en llegar, los jóvenes se acababan de marchar porque otro vecino les increpó".

La misma persona explica que recientemente la lona tuvo un desgarro en el punto más bajo "y fue arreglada por los servicios municipales. Ahora entiendo por qué se rasgó".

Este tipo de divertimento es una temeridad que en algún momento podría acabar con algún herido, aunque también se trata de un acto de vandalismo que deteriora un elemento público concebido para dar sombra a los más pequeños cuando juegan en el parque, no para hacer piruetas encima.