Un aviso de bomba en un avión que cubría el vuelo Palma-Estocolmo el pasado viernes movilizó a la Guardia Civil a contrarreloj. La investigación culminó con la detención de un turista sueco, que se alojaba en un hotel de Alcúdia y que un día antes pidió a su turoperador el cambio de hotel.

Los hechos se iniciaron la mañana del pasado jueves. Un anuncio en internet alertaba de la colocación de un supuesto artefacto explosivo en un avión que despegaba la noche del viernes de Son Sant Joan. La aeronave partía de Palma a Estocolmo.

La huella digital dejada por el autor del mensaje fue el punto de partida para los investigadores de la Guardia Civil. Esto permitía identificar el lugar desde donde había sido emitido.

A continuación, los agentes del Instituto Armado trabajaron codo con codo con expertos informáticos de la compañía aérea afectada. El objetivo era determinar la ubicación del terminal desde el que había partido el mensaje. El texto había sido escrito en inglés con la ayuda del traductor de Google.

El ordenador desde el que había partido el mensaje era de uso exclusivo de los clientes de un hotel de Alcúdia. Allí se alojaba el sospechoso de haber vertido las amenazas en la red.

La amenaza era sobre el vuelo Palma-Estocolmo que debía despegar al día siguiente de Son Sant Joan. El sospechoso se encontraba en el pasaje.

Los investigadores de la Guardia Civil realizaron un trabajo contrarreloj de perfiles de pasajeros señalados, que cotejaron con la huella digital dejada por el autor del mensaje y la actividad realizada en internet en esos momentos.

Una vez que quedó establecido el perfil de un único sospechoso, de nacionalidad sueca, se trató de confirmar. La solicitud que había hecho el día anterior al turoperador, solicitando un cambio de hotel, fue determinante para esclarecer su identidad. Su petición había sido desestimada.

Los agentes del Instituto Armado le detuvieron en el hotel de Alcúdia. Tras ser puesto a disposición de loa juzgados de Inca, el juez le impuso una multa de seis meses, a razón de 10 euros diarios. Unos 1.800 euros.

La bomba era inexistente. El avión despegó la noche del viernes de Palma a Estocolmo sin incidentes y sin el autor de la amenaza.