Desde dos pisos de Magaluf y MagalufSon Caliu se abastecía de droga a numerosos turistas británicos que frecuentan los locales de ocio de Punta Ballena. La Guardia Civil detuvo ayer a siete personas en estos inmuebles por tráfico de sustancias estupefacientes. La redada se ha extendido al barrio madrileño de Vallecas, donde ha habido otros dos imputados.

Las pesquisas previas a la redada partieron del Grupo de Investigación de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Palmanova, al detectar una línea de traficantes de droga que surtía de sustancias estupefacientes.

En torno a las siete de la mañana, efectivos de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (Usecic) irrumpieron en los inmuebles. El objetivo primordial era un domicilio situado en el edificio Apolo, en la misma calle Punta Ballena y, por tanto, ante el principal punto de venta de sustancia estupefacientes. Este grupo contaba con el presunto apoyo de una familia residente en un piso de Son Caliu.

En el primer piso, el de Punta Ballena, fueron arrestadas cuatro personas. Un cubano, dos senegaleses y una mujer de origen rumano, aunque de nacionalidad española. Los agentes encontraron allí cocaína, marihuana, hachís, 'cristal' y éxtasis. También intervinieron abundante dinero en efectivo, pendiente de ser contado en su totalidad.

Conexiones en Vallecas

La otra actuación tuvo lugar en una planta baja situada en el edificio Olivia, en la calle Miguel Machado de Son Caliu, donde residía una familia. El elevado número de inmuebles en este descomunal bloque de viviendas modestas les hacía pasar desapercibidos. Al irrumpir sorpresivamente la Guardia Civil en el domicilio, el padre se sintió indispuesto y tuvo que ser trasladado al PAC más cercano.

En la redada también fue arrestada su esposa, en estado de gestación, y su hija, de 16 años. Ambas fueron detenidas por presunto delito de tráfico de drogas. La Guardia Civil informó a la Fiscalía de Menores de la detención de la adolescente. La presencia de agentes encapuchados y la detención de la familia al completo alarmó a muchos vecinos y comerciantes de la zona, que no acertaban a entender qué ocurría.

Además, la banda tenía una conexión a casi 600 kilómetros, en el barrio madrileño de Vallecas. Allí hubo dos imputados.