Los cinco narcotraficantes respiraron aliviados cuando descubrieron que iban a ser detenidos. Llevaban horas buscando en alta mar la mitad del cargamento, 150 kilos de cocaína150 kilos de cocaína que habían sido incapaces de localizar. O lo que es lo mismo, nueve millones de euros desaparecidos en el agua. Temían ya las represalias de sus proveedores ante semejante pérdida y llegaron a mostrarse contentos por su arresto ante los agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera. "Tienen más miedo a los narcos colombianos que a nosotros y a la cárcel", resume una fuente de la investigación.

Los cinco sospechosos, dos de ellos padre e hijo, habían llegado a la isla hace ahora dos años. Escogieron el exclusivo Port Adriano como su base de operaciones. Allí, su elevado nivel de vida, Hummer incluido, no llamaba excesivamente la atención. El cabecilla del grupo había comprado el HCH-X, un barco que antaño transportaba pasajeros por los canales holandeses, y lo reconvirtió en una suerte de yate de lujo. Su sobriedad exterior contrasta con las comodidades del interior. Tiene hasta jacuzzi. La embarcación está valorada en más de un millón y medio de euros y mantenerlo en Port Adriano les salía por unos 200.000 euros al año.

Además del barco utilizado para el transporte de la droga, los investigadores han intervenido "elementos patrimoniales" de empresas en "paraísos fiscales y cuentas bancarias" utilizadas por los miembros de la organización, explicó ayer durante el desembarco de la droga el jefe de la Unidad Operativa del SVA en Balears, Ernesto Carvajal. El Servicio de Aduanas de Gibraltar, donde estaba matriculado el barco, había vigilado la embarcación y a los tripulantes "desde su última visita en julio de 2017", según informaron ayer las autoridades del peñón. Aseguraron que continúan las investigaciones para verificar que no existan otros lazos con la organización en su territorio.

Intervenidos 300 kilos de cocaína en un barco entre Mallorca e Ibiza

Intervenidos 300 kilos de cocaína en un barco entre Mallorca e Ibiza

Carvajal señaló que la investigación comenzó hace casi dos años al detectarse que alguno de los miembros de la red había estado "tangencialmente vinculado" a un grupo de narcotraficantes. "Es fruto de los controles exhaustivos que se llevan a cabo sobre las embarcaciones" que llegan a Mallorca, señaló.

Los cinco sospechosos hacían gala de un alto tren de vida pese a carecer de ingresos, señaló el máximo responsable del operativo, que se mostró convencido de que este era el primer cargamento que iba a transportar la organización. "Llevaban mucho tiempo preparándolo", abundó. Los agentes del SVA no dan por cerrado el operativo y siguen llevando a cabo gestiones para desarticular completamente el entramado de la banda de narcos.