Apenas hace dos meses, muy cerca de s'Estanyol, en sa Ràpita, Paula Fornés, de 15 años, falleció atropellada por una conductora ebria que se dio a la fuga durante la Nit de Sant Joan, el pasado 24 de junio. La menor caminaba con unos amigos por la avenida Miramar cuando fue arrollada por un coche con el seguro caducado.

La conductora, de 44 años, huyó del lugar, pero dos testigos se cruzaron con su automóvil con graves desperfectos y dieron media vuelta hasta interceptarla. Así, pudo ser detenida. La mujer, de origen polaco y con una condena anterior en 2015 por circular borracha por circular borrachas'Estanyol, cuadruplicó la tasa máxima legal de alcoholemia. Al día siguiente, ingresó en prisión, pero once días después quedó libre al pagar una fianza de 12.000 euros.

La familia de Paula Fornés se movilizó y ya lleva recogidas 238.321 firmas en Change.org en Internet para modificar el Código Penal y endurecer las condenas a los causantes de este tipo de accidentes en carretera. Una masiva concentración recordó a la menor el pasado 13 de julio en sa Ràpita.

A escasos kilómetros de allí, la historia parece que vuelve a repetirse. Otro trágico caso ha sacudido s'Estanyol. Un joven peatón de 20 años murió ayer atropellado por un vehículo que huyó.

En lo que llevamos de año, 30 personas han muerto en siniestros de tráfico en Balears. Cerca de la mitad, 13 son motoristas. A lo largo de 2018, siete peatones han fallecido atropellados en las Illes. En junio, dos mujeres jóvenes y la menor Paula Fornés perecieron arrolladas en Mallorca.