La Policía Local de Palma detuvo el pasado viernes un carterista que al verse sorprendido lanzó al mar un teléfono móvil valorado en 900 euros que acababa de robar. El aparato fue recuperado por uno de los agentes, que se metió en el agua y consiguió localizarlo. El dispositivo, que seguía funcionando pese a estar sumergido, fue devuelto a su propietario, un turista alemán.

Los hechos ocurrieron hacia las seis de la mañana, explicaron fuentes policiales. El sospechoso, un rumano de 42 años, aprovechó que la víctima estaba durmiendo en la playa entre los balnearios 5 y 6, en s'Arenal, para quitarle el teléfono de un bolsillo. Dos policías presenciaron la escena y fueron tras él. Otro carterista le alertó de la presencia de los agentes. El acusado optó entonces por deshacerse del móvil lanzándolo al mar.

Los policías consiguieron capturar al ladrón y recuperar el teléfono. Uno de los agentes decidió meterse en el agua y, gracias a que la luz del aparato estaba encendida, pudo dar con él en cuestión de segundos en el fondo del mar.

El dispositivo, un Samsung Galaxy S9 Edge, está valorado en unos 900 euros. Pese a haber estado sumergido, los policías comprobaron que aparentemente seguía funcionando con normalidad. Acto seguido, contactaron con la víctima, la identificaron y le devolvieron el móvil.

El acusado, rumano de 42 años, fue arrestado como presunto autor de un delito de hurto. Fue trasladado a dependencias de la Policía Local para ser interrogado.