Dotaciones de Bombers de Palma apuntalan un edificio de Son Ferriol ante el riesgo de derrumbe tras el voraz incendio declarado el jueves que destruyó un taller situado en la planta baja. Los trabajos de refuerzo se centran en la primera y segunda planta del inmueble, debido a que el peligro es mucho mayor debido a que la estructura ha resultado gravemente dañada. Estas labores se iniciaron el fin de semana, aunque esta mañana se han unido más expertos.

Técnicos de Urbanismo del Ayuntamiento de Palma y los bomberos habían detectado ya graves problemas tras el siniestro. Los especialistas determinaron que se debía apuntalar ante el riesgo de derrumbe inminente que suponía para los moradores. Los primeros trabajos, más urgentes, se abordaron el fin de semana y esta mañana se han completado con más efectivos.

El incendio se declaró sobre las once de la mañana del pasado jueves en un taller situado en el número 65 de la calle Sant Joan de la Creu del barrio palmesano de Son Ferriol. Las pinturas, disolventes y neumáticos acumulados, unidos a los propios vehículos que se estaban reparando, provocaron una gran carga de fuego. Los equipos de extinción tuvieron que trabajar durante varias horas para sofocar las grandes llamas y tuvieron que rescatar a cinco vecinos atrapados en sus viviendas. Entres estas víctimas estaba una niña de nueve años y un bebé de 11 meses.

El fuego iniciado en el taller, en los bajos del edificio, se propagó con suma celeridad por el resto del inmueble. Una gran cortina de humo era visible en todo Son Ferriol y a varios kilómetros de distancia.

Un importante dispositivo se movilizó el jueves hasta el lugar del siniestro. Un total de cinco dotaciones de Bombers de Palma, varias ambulancias y patrullas de Policía Local y Policía Nacional tomaron la zona. Los momentos de mayor pánico los vivieron los residentes en la primera planta. Dos familias fueron confinadas en sus viviendas hasta que pudieron ser rescatadas por los bomberos. Entre los residentes estaba un hombre de 34 años y sus dos hijas, una de nueve años y otra de 11 meses.

Durante dos horas los bomberos estuvieron combatiendo el avance de las llamas. Debido a la presencia de disolventes, pinturas y otros productos químicos, tuvieron que arrojar espuma en grandes cantidades para sofocar el fuego. También tuvieron que abrir un agujero para acceder al horno de pintura, que se había convertido en el foco del siniestro.

Sobre la una de la tarde del jueves, el fuego quedó bajo control. El taller quedó completamente destrozado y las llamas dañaron gravemente la estructura del edificio. Los técnicos municipales de Urbanismo y los bomberos han tomado la determinación esta mañana de apuntalar dos plantas del inmueble.