Cocaína masiva, anfetaminas y fumar hasta tres cigarrillos a la vez. Esta es la demoledora descripción que el cineasta Til Schweiger hizo ayer en las páginas del diario alemán Bild, de la otrora leyenda del ciclismo Jan Ullrich. Schweiger desmenuzó cómo fue la transformación de su vecino y amigo hasta llegar a tener que denunciarle, después de irrumpir en su casa de Establiments y atacarle. El pasado viernes fue detenido por allanamiento de morada y amenazas. La jueza le impuso una orden de alejamiento de 50 metros.

El actor, director y productor de cine alemán Til Schweiger y el antiguo astro del ciclismo Jan Ullrich fueron vecinos durante casi dos años. El artista fue testigo de primera mano de la degradación progresiva del legendario deportista. "Era casi de mi familia", enfatiza en las páginas del diario germano. "Ahora solo puede guardar un retiro", reclamó el artista.

Schweiger comienza ensalzando las cualidades que, a su juicio, tenía Jan Ullrich, con quien forjó una gran amistad. Los hijos de uno y los del otro pasaban muchos ratos juntos en una relación más que cordial.

La caída en picado de Ullrich vino con la separación de su esposa. Ella se fue de Mallorca y regresó a Alemania con sus hijos. A partir de este instante el declive se tornó en un permanente ejercicio de autodestrucción del ciclista, que inició sus coqueteos con las drogas.

"Solo dormía dos horas al día. Me decía que tenía ADHs - siglas en alemán del síndrome de pérdida atención e hiperactividad - y que por ello tomaba anfetaminas".

El consumo de estas sustancias lo acompañaba con la ingesta masiva de alcohol. "Comenzaba tomando cerveza a las seis de la mañana y seguía durante todo el día", destacó Schweiger.

La deriva politoxicómana de Jan Ullrich le llevó directo al mundo de la cocaína, aunque para ello utilizó una excusa torticera con la que justificar su adicción a esta sustancia. "Me dijo que la tomaba con receta porque era menos dañina que las anfetaminas", precisó el cineasta.

Su comportamiento hacia los hijos del artista también se tornó disparatado. "Un día habló con mi hija y le dijo que iba a batir el récord del mundo de fumar cigarrillos. Le he visto fumar tres cigarros a la vez", abundó.

A partir de este momento, Jan Ullrich llegó a insinuar sus tendencias suicidas. "Decía que no quería envejecer. Solo quería recuperar su dinero para que sus hijos pudieran estar seguros en un futuro".

Schweiger insistió en que "para cumplir con su responsabilidad como padre tendría que intentar envejecer lo máximo posible. Le dijimos que 'tus hijos te aman y te necesitan'", resaltó. "Mis amigos y yo le aconsejamos que se tenían que someter a tratamiento e internarse". Pero Ullrich hizo caso omiso a estos consejos.

"El pasado viernes, cuando Til Schweiger celebraba una pequeña fiesta en el jardín de su residencia Ullrich irrumpió sorpresiva mente en la residencia del artista. "Él entró por la puerta y ninguno de nosotros le vimos. Estábamos en la casa de la piscina".

Ataque con una escoba

Aparte de irrumpir en la vivienda sin haber sido invitado, Ullrich empezó a increpar a los presentes. "El cogió una escoba y empezó a atacar a un amigo", destacó.

Ante el temor de que pudiera herir a los presentes, Til Schweiger avisó a la Policía para denunciar lo ocurrido. El cineasta criticó duramente que los policías tuvieran esposado en su domicilio a Jan Ullrich y permanecieran "seis horas en la vivienda". Según el artista, tuvo que explicarle "un centenar de veces lo ocurrido a los agentes que habían acudido tras recibir su llamada.

Por último, Til Schweiger hizo un duro llamamiento a la estrella del ciclismo "si no quiere morir", para que se "someta a un retiro para ser tratado". "Necesita ayuda", apuntó en alusión al deteriorado estado de salud de la antigua leyenda del ciclismo.