El empresario Bartolomé Cursach fue la madrugada del sábado testigo de excepción de una inspección de la Patrulla Verde de la Policía Local de Patrulla Verde Palma. Los agentes se encontraban haciendo una ronda rutinaria de control de locales de ocio en diversas zonas, como paseo Marítimo, Gomila y Playa de Palma. En esta última, se localiza el Megapark, donde llegaron sobre la medianoche. La sorpresa de los efectivos policiales fue mayúscula, cuando vieron que Cursach estaba en la puerta del establecimiento, dispuesto a atenderlos personalmente.

El magnate del ocio, que se encuentra en libertad provisional tras haber pagado una fianza de un millón de euros el pasado 19 de abril, acompañó a los efectivos policiales a las oficinas para entregarles documentación requerida. Además del aforo, los agentes comprobaron las salidas de emergencia, la situación de los extintores e identificaron a personal del local, especialmente a los de seguridad. El Megapark fue cerrado parcialmente el pasado mes de abril por carecer, entre otras cosas, de licencia de actividad para la zona de terrazas. Tras subsanar las deficiencias, el local retomó la actividad.

La inspección, que se prolongó una media hora, se desarrolló con normalidad, sin que se registrara ningún incidente. Tras comprobar que todo estaba en regla, los agentes abandonaron el recinto que estaba a pleno rendimiento. Se da la circunstancia de que en esta ronda, los agentes iban acompañados de reporteros de diversos medios de comunicación, entre ellos de DIARIO de MALLORCA, que hacían un seguimiento de este tipo de operaciones y pudieron recoger lo ocurrido.

Cursach, que en ningún momento perdió la calma y actuó con absoluta tranquilidad, ha pasado algo más de un año en la cárcel como consecuencia de la investigación judicial de presuntas tramas de corrupción y extorsión de la que eran partícipes policías, políticos y funcionarios. Tras dos intentos fallidos, su abogado, Fernando Mateas, consiguió la libertad provisional y abandonó la cárcel, una vez depositado el millón de euros de fianza que le exigió el tribunal de la Audiencia de Palma y que reunió en cinco horas. Además, debe comparecer cada lunes en el juzgado y estar disponible.