Las familias de las cuatro jóvenes mallorquinas fallecidas en marzo en un cuatro jóvenes mallorquinas fallecidas accidente de tráfico en Florida (Estados Unidos) han demandado al camionero que embistió su coche y a la empresa para la que trabajaba. La demanda, presentada ante un tribunal norteamericano, achaca la colisión a una negligencia del conductor. Sostiene que no estaba capacitado para circular, destaca su historial de infracciones de tráfico y considera que los hechos son equiparables a un homicidio imprudente. El escrito cifra los daños causados en más de 75.000 dólares, sin precisar todavía la cantidad reclamada, y solicita la celebración de un juicio con tribunal popular. Esta demanda es paralela a un posible proceso penal, pendiente todavía de que la Policía de Florida concluya la investigación y presente sus conclusiones sobre el accidente.

Los allegados a las víctimas, Margalida Cortés, María López-Bermejo, Teresa Sánchez y Ana Gaitán, se han puesto en manos de un bufete de abogados de Florida para presentar esta demanda, a la que ha tenido acceso DIARIO de MALLORCA. El escrito relata que Carlos M.B. iba el día del accidente al volante de un camión Isuzu propiedad de una empresa del sector de la construcción y cargado con baños portátiles. Los demandantes consideran que tanto el hombre como la compañía habrían "cometido negligencias en la conducción y en el mantenimiento del vehículo" que propiciaron la colisión con el turismo de las cuatro jóvenes mallorquinas, fallecidas en el acto.

La demanda asegura que el conductor "no estaba capacitado para manejar un vehículo comercial y tenía un historial" de infracciones de tráfico "y tiene una peligrosa propensión a violar las normas de circulación". Los abogados sostienen que la empresa "conocía o debería haber conocido" esta circunstancia, por lo que consideran negligente también haber permitido que el conductor se pusiera al volante de uno de sus camiones. La sociedad "actuó con deliberada indiferencia hacia la vida y la seguridad del resto de usuarios de la carretera". Por ello, consideran que la conducta del camionero y la empresa "equivale a un homicidio involuntario".

La reclamación fue presentada hace unos días ante la corte del distrito sur de Florida. Por el momento no se ha fijado la compensación económica que reclaman los familiares de las cuatro chicas y el escrito solo anuncia que "los daños superan los 75.000 dólares". El tribunal que ha asumido el caso ha comunicado ya las acusaciones a los demandantes para que presenten sus alegaciones.

La demanda se ha presentado antes de que la Florida Highway Patrol (FHP), el cuerpo policial que investiga el accidente, concluya su informe sobre lo ocurrido. Las pesquisas podrían desembocar en otro procedimiento penal, en caso de apreciarse indicios de delito por parte del conductor del camión.

El accidente ocurrió el pasado 5 de marzo en la milla 79 de la carretera US-1, que recorre los Cayos de Florida. Las cuatro jóvenes mallorquinas habían viajado a Estados Unidos para visitar a una amiga residente en la zona y estaban realizando una ruta en coche. Según las pesquisas de la FHP, el vehículo de las chicas, un Nissan Rogue, se detuvo en la calzada hacia las dos de la tarde para realizar un giro hacia la izquierda.

El camión que iba tras ellas no pudo frenar a tiempo y acabó empotrándose contra la parte trasera del automóvil de las mallorquinas. El Nissan Rogue salió entonces disparado hacia el carril destinado al sentido contrario, donde fue embestido de frente por una gran autocaravana. El turismo acabó estrellándose contra un árbol y las cuatro chicas fallecieron en el acto. Todas llevaban debidamente abrochado el cinturón de seguridad.

La investigación de la FHP se centra ahora en determinar por qué el conductor del camión embistió el coche de las jóvenes. En el último informe policial constaba que los agentes estaban a la espera de los análisis de sangre del camionero para determinar si estaba bajo los efectos del alcohol u otras drogas.

El tramo donde se produjo el siniestro está considerado como peligroso y tiene una gran densidad de tráfico. Tras la muerte de las mallorquinas, las autoridades rebajaron el límite de velocidad.