La fiscalía reclama una pena de siete años de prisión para un hombre de mediana edad por violar a su sobrina de 14 años en una finca en el norte de la isla a finales de 2014.

El sospechoso está acusado de un delito de agresión sexual con acceso carnal. El ministerio público también solicita para él la medida de diez años de libertad vigilada con la obligación de participar en un programa de educación sexual, así como la prohibición de aproximarse y comunicarse con la víctima por un periodo de diez años.

En concepto de responsabilidad civil, el fiscal pide una indemnización de 3.000 euros por los daños morales que ha causado a la perjudicada, además de que pague el coste del tratamiento psicoterapéutico que precise la joven para recuperarse.

Mientras, el abogado de la acusación particular solicita una condena de 13 años de cárcel.

Hoy al mediodía, la Audiencia de Palma ha celebrado una vista previa. Las partes han anunciado que están negociando para tratar de llegar a una conformidad. El tribunal de la sección segunda les ha dado un plazo hasta el próximo 7 de septiembre para que alcancen un pacto. Si no hay acuerdo, la sala señalará una nueva fecha de juicio.

Los hechos se remontan al pasado 10 de noviembre de 2014, sobre las siete de la tarde, cuando el procesado recogió a su sobrina en su domicilio para llevarla a buscar caracoles en una finca rústica ubicada en el norte de la isla.

Tras recoger unos cuantos ejemplares, aproximadamente a las nueve de la noche, el hombre se trasladó junto a la menor, que en aquellas fechas tenía 14 años, hasta la finca propiedad de los padres del acusado, en un municipio de la zona norte de Mallorca.

Tras acceder a la vivienda, los dos familiares se sentaron en el sofá del salón. Poco después, el sospechoso empezó a ver un vídeo de contenido pornográfico en el teléfono móvil y se masturbó en presencia de la niña por debajo de los pantalones, según la versión de la fiscalía.

La menor, al sentirse violentada por su comportamiento, se levantó para marcharse, pero su tío presuntamente se lo impidió colocándose delante de ella.

Acto seguido, el procesado la arrojó sobre el sofá, se tumbó encima de ella, de forma que con su peso la tenía inmovilizada y la víctima no pudo zafarse de él pese a que lo intentó, y le bajó a la fuerza los pantalones, según el fiscal. Por último, supuestamente violó a su sobrina.

A consecuencia de la agresión sexual, la menor no sufrió secuelas físicas, si bien si padeció un daño psicológico por desestabilización que requirió de tratamiento psicoterapéutico.