"Todo el daño que me han hecho no me lo va a pagar nadie, cada vez tengo más miedo. No puedo estar en mi casa sola". Una mujer que fue asaltada en su domicilio en Santa Ponça el 21 de enero de 2017 relató ayer en el juicio en la Audiencia de Palma cómo uno de los atracadores la atacó. "Iba encapuchado y con guantes. Me pegó un empujón y me di contra la pared. Caí al suelo, me golpeé en el codo y la cabeza", aseguró la perjudicada.

"En seguida empecé a gritar a la Policía y, por suerte, estaban por allí cerca. La Policía Local de Calvià se portó muy bien, fueron extraordinarios. Desde entonces no puedo estar en casa sola, siempre tiene que haber gente conmigo. Todas las habitaciones las cierro con llave. Duermo con llave. Yo es que no vivo", prosiguió la víctima, que ha necesitado ayuda psicológica debido a las secuelas que padece. Según la fiscalía, a raíz del violento robo en su hogar, la mujer sufre un trastorno de adaptación con ansiedad. "Cada vez tengo más miedo, he tenido que poner alarmas en casa", señaló ante la sala.

La moradora sorprendió a un atracador dentro de su vivienda sobre las siete y media de la tarde del 21 de enero de 2017 en Santa Ponça. "Él saltó por una pared y rompió una persiana. Yo estaba en casa con mi marido. Escuchamos un ruido y me fui para allí. Había una luz encendida. Me quedé en el pasillo y vi una sombra que se me cruzó. Él se puso detrás de la puerta, yo hice presión. Al final, me pegó un empujón y me golpeé contra la pared. Caí al suelo", recordó la afectada.

La Policía Local de Calvià se movilizó de inmediato. Dieron batidas por la zona y vieron al sospechoso en un jardín. Lo persiguieron hasta que saltó por una pared hacia una zona boscosa. Poco después, fue descubierto agazapado detrás de una mata en plena oscuridad. Según declararon ayer varios agentes, el acusado se resistió a ser detenido. Les lanzó patadas y forcejeó con ellos. Causó heridas a dos policías. Uno de los agentes detalló que el hombre vestía ropa oscura, pasamontañas, gorra, guantes, espinilleras, botas, riñonera... "Llevaba el vestuario perfecto para robar", precisó el testigo.

Ayer, el acusado negó haber entrado en ese domicilio de Santa Ponça. "Yo me quedé afuera, no empujé a ninguna persona. Yo estaba en la calle y una señora empezó a gritar. Entré en pánico. No vi entrar a nadie en la casa", explicó. "Es verdad que fui perseguido por la Policía. Llevaba un pasamontañas, una gorra. Salté un muro y quedé inmovilizado en el bosque. No golpeé a ningún policía. Estaba bajo la influencia de las drogas. El otro acusado me propuso que vigilara", indicó.

La fiscal pidió para él doce años y cinco meses de cárcel por el violento asalto y un delito continuado de robo con fuerza por desvalijar media docena de casas de la zona de Calvià en 2016 y 2017 junto a un compinche. Su abogado solicitó un año de prisión. "Pido disculpas a todos los policías y en especial a la señora. Estoy arrepentido y he cooperado desde el principio", concluyó el acusado.

Su compinche también indicó que lo sentía mucho en el turno de la última palabra y recalcó que había colaborado con la Policía. La fiscal reclamó para él ocho años y nueve meses de cárcel por un delito continuado de robo en varios domicilios de Costa d'en Blanes y Santa Ponça. Su letrado pidió tres meses y, alternativamente, 17 meses. Los acusados, de origen rumano, siguen presos.