La Audiencia de Palma ha iniciado hoy por la mañana el juicio contra una banda acusada de traficar con cocaína en Eivissa y Palma en 2016 y 2017. La vista oral ha acogido las cuestiones previas que han planteado los abogados defensores. Los letrados han pedido al tribunal de la sección segunda la nulidad de las intervenciones telefónicas y de los registros domiciliarios por falta de motivación del magistrado de instrucción.

El fiscal se ha opuesto en rotundo a esta petición y ha reclamado a la sala que desestime todas las cuestiones previas planteadas al considerar que no se ha producido una vulneración del derecho fundamental al secreto de las comunicaciones. Según su versión, los pinchazos telefónicos están claramente justificados.

El ministerio público también ha recalcado que ha habido control judicial en el procedimiento, en respuesta a una de las defensas, que ha indicado que las intervenciones telefónicas se acordaron sin ningún tipo de control judicial. Otro abogado ha detallado que la Policía Nacional mintió en un oficio, por lo que ha pedido la nulidad de las diligencias que se abrieron en Palma debido a la detención de una ´correo´ en el aeropuerto de Son Sant Joan con más de un kilo de cocaína el 8 de marzo de 2017.

Los siete acusados se enfrentan a peticiones de pena de ocho y nueve años de cárcel por un delito contra la salud pública y otro de integración en grupo criminal. Tres de ellos se encuentran presos en Eivissa, dos en Palma y los otros dos están libres.

Según la fiscalía, los sospechosos funcionaban como una estructura perfectamente organizada que se dedicaba a traficar con cocaína en Eivissa en 2016 y 2017. El grupo estaba dirigido por dos encausados, de origen colombiano, que junto con su lugarteniente presuntamente distribuían drogas en Eivissa a los vendedores finales. Otros dos imputados, un ciudadano marroquí y otro español, se encargaban de la venta directa a los consumidores finales.

La banda tenía su sede en un domicilio en Santa Eulàlia del Riu, que estaba alquilado a nombre del líder. El pasado 7 de agosto de 2017, la Policía Nacional registró esta vivienda y se incautó de más de 200 gramos de cocaína, ketamina, éxtasis y sustancias para adulterar la cocaína. Los investigadores inspeccionaron otros inmuebles de los sospechosos y hallaron más estupefacientes y dinero.

El grupo se abastecía por parte de otro acusado, quien supuestamente también traficaba con drogas en Palma. Este hombre contrató a una ´correo´ para que trajera en un vuelo de Madrid a Mallorca un alijo de 1,27 kilos de cocaína. La pasajera fue interceptada por la Policía en el aeropuerto de Son Sant Joan el pasado 8 de marzo de 2017 con la droga que llevaba oculta en su equipaje. El alijo, de una gran pureza, del 81,5 por ciento, está valorado en el mercado ilícito en 258.562 euros, según la fiscalía.