El fiscal ha reclamado hoy una pena de tres años de prisión para un joven por robar un altavoz y joyas en una planta baja de Palma en agosto de 2017. El muchacho ha negado los cargos y ha alegado que fueron dos menores amigos suyos quienes sustrajeron una raqueta y un bafle desde una ventana de la casa. Según su versión, nadie entró en la vivienda, sino que accedieron al patio del inmueble. Además, recordó que ese mismo día por la tarde él devolvió el altavoz.

La fiscalía acusa al muchacho de un delito de robo con intimidación en domicilio habitado. Según su tesis, un grupo de chicos entró en el patio de la casa el pasado 3 de agosto de 2017 en las inmediaciones de es Molinar. Los moradores, un menor, junto con su hermana pequeña, atemorizados por si los intrusos les iban a hacer daño, tuvieron que salir huyendo de su hogar y pedir ayuda a un vecino.

La abogada defensora ha solicitado la libre absolución de su representado al considerar que no ha quedado acreditada la intimidación ni las amenazas. "El acusado no intervino en el robo", ha destacado. La letrada, de forma alternativa, ha planteado que los hechos podrían constituir un delito de hurto.

El acusado ha indicado que fueron un grupo de amigos al domicilio porque el morador había llamado por teléfono a uno de ellos. Según ha apuntado, dos menores entraron en el patio de la casa y empezaron a coger cosas. "Se llevaron una raqueta y un altavoz, yo cerré las ventanas desde afuera y los saqué de allí. No entró nadie dentro de la casa. Accedieron al patio. La puerta del patio estaba abierta", ha precisado.

El sospechoso también ha negado cualquier tipo de amenaza o intimidación y ha justificado que la Policía Nacional encontrara sus huellas en el marco de una ventana porque él desde fuera la cerró.

El menor que se hallaba en casa junto con su hermana pequeña en el momento del robo ha recordado los hechos: "Entró un grupo de chicos, aporrearon las ventanas, abrieron una ventana y oí un chillido de mi hermana. Empezó a gritar y llorar diciendo que había unos gitanos en casa. Salimos corriendo y avisé a un vecino". El adolescente confirmó que fue amenazado. "Me dijeron que me iban a pegar, que estaba muerto", ha subrayado. "Conocía a uno de ellos. Luego, cuando llegó mi madre a casa me dijo que faltaban cosas", ha agregado, al tiempo que ha reconocido que posteriormente le devolvieron el altavoz que le robaron.

Dos testigos, menores que ahora tienen 15 y 16 años, han negado haber entrado en la casa y recalcaron que solo accedieron al patio. Ambos han culpado al acusado de abrir la ventana del domicilio y apoderarse del altavoz. Según la familia perjudicada, esta pieza tenía un gran valor sentimental porque pertenecía a un pariente que acababa de fallecer.

El juicio ha quedado hoy al mediodía visto para sentencia.