Los delincuentes rumanos se disputan el botín de los turistas, en su mayoría alemanes en la Playa de Palma. Aunque también se les puede ver en hermandad mientras planean el siguiente golpe. La Policía Nacional detectó hace unos días a 19 carteristas de esta nacionalidad mientras se hallaban reunidos en un bar.

La calle del Jamón se encuentra ya en plena ebullición desde primera hora de la mañana hasta la madrugada. Los carteristas tienen, así, muchas oportunidades de desvalijar a la víctima.

Esta concurrida calle se ha convertido en una suerte de parque temático de la delincuencia. Algunos vendedores ambulantes subsaharianos que pululan por la zona lo utilizan como tapadera para su verdadero negocio: el tráfico de drogas.

Esta delincuencia ha provocado la indignación vecinal. "En la calle del Jamón están vendiendo la droga descaradamente", subraya Francisco Nogales, presidente de la Asociación de vecinos de la Playa de Palma.

A medida que avanza la noche, los hurtos al descuido son sustituidos por robos con violencia. "A partir de las tres de la madrugada, entre el Megapark y el Pont des Jueus se concentra esta delincuencia más peligrosa", apunta Nogales.

El pasado martes, entre los balnearios dos y tres, hubo una pelea multitudinaria después de que una chica cayera por la escalera. Los vecinos temen que lo peor aún esté por venir con la afluencia masiva de gente. Francisco Nogales es contundente; "Nos enfrentamos a un verano trágico".