Unos sesenta agentes de la Policía Nacional, acompañados por inspectores de Trabajo, tomaron el jueves por la tarde el Bierkönig, uno de los bares más populares de la Playa de Palma, en el transcurso de una investigación doble, sobre la reiteración de hurtos que se registra en el establecimiento y la posibilidad de irregularidades en los contratos de los trabajadores. Durante cerca de una hora los policías mantuvieron el local acordonado, impidiendo que nadie entrara, para realizar una inspección y recabar una gran cantidad de documentación. El operativo se llevó a cabo sin incidentes graves, salvo casos aislados de personas que se quejaban porque no podían acceder al establecimiento.

La operación policial tenía un objetivo doble: por un lado, investigar la reiteración de hurtos al descuido que se registra en el establecimiento, y por otro comprobar si todos los trabajadores del local tienen el contrato en regla.

El primer asunto se ha originado por la reiteración de robos que se registran en el interior del establecimiento. En un mes se han presentado unas 120 denuncias de clientes que, mientras estaban en el local, han sufrido la sustracción de su cartera o teléfono móvil. Se trata de una cifra inusitadamente alta, muy superior a la de otros establecimientos de las mismas características que hay en la zona, y que convierte al Bierkönig en el punto donde más hurtos al descuido se cometen de toda la Playa de Palma.

La otra investigación, que corre a cargo de la Inspección de Trabajo, se deriva de las sospechas de que muchos de los empleados del establecimiento podrían estar contratados de forma irregular o trabajar sin contrato.

Otro de los aspectos bajo investigación es la permisividad detectada con determinados comportamientos, como el de clientes que suben a bailar sobre las mesas. De hecho, hace pocos días uno de ellos se cayó y sufrió graves lesiones en la cabeza.

La inspección comenzó sobre las nueve de la noche del jueves, cuando el local, que tiene un aforo de 4.000 personas y abre las 24 horas del día, estaba abarrotado de jóvenes, sobre todo alemanes. Un gran operativo policial cercó el establecimiento, ubicado en la calle Pare Bartomeu Salvà, conocida como la Calle del Jamón, impidiendo que nadie entrara . Los investigadores encontraron en el suelo diferentes efectos presuntamente sustraídos, mientras los inspectores de Trabajo se llevaban diversa documentación. Mientras tanto, un policía usó la megafonía del establecimiento para explicar que se trataba de un control policial y llamar a la calma. El operativo duró menos de una hora y no se registró ningún incidente grave.