La Audiencia de Palma juzgó ayer a una pareja por traer éxtasis y ketamina en una maleta en un vuelo de Londres a Mallorca en el verano de 2016. El acusado alegó que los comprimidos de éxtasis hallados en su equipaje nada más aterrizar en Son Sant Joan, así como el resto de sustancias estupefacientes, eran para su propio consumo. "Los traía para mí, siempre he sido consumidor de éxtasis, desde que tengo 16 o 17 años", explicó, al tiempo que reconoció que fue él quien introdujo estas sustancias en la maleta.

Por su parte, su compañera sentimental destacó que no sabía nada. "Me enteré allí en el aeropuerto, jamás le hubiera dejado hacer algo así. Yo nunca había visto nada cuando veníamos de viaje", detalló.

Un guardia civil de la Policía Judicial de Pollença confirmó que la mujer no sabía que llevaban estupefacientes dentro del equipaje, ya que se quedó totalmente sorprendida cuando ambos fueron interceptados en la terminal. El investigador señaló que la pareja se mostró colaboradora y autorizó el registro de la maleta. Según su versión, el pasajero sospechoso dijo que todo lo que incautaron era para su consumo.

El fiscal mantuvo su petición de pena de cuatro años de prisión para el encausado por un delito contra la salud pública, mientras que retiró los cargos para su compañera, por lo que la mujer fue absuelta. La abogada de la defensa solicitó la libre absolución del hombre y, de forma alternativa, pidió una pena mínima de dos años de cárcel para él al concurrir la circunstancia atenuante de confesión, según su tesis.

"No soy traficante, he trabajado toda mi vida. He cometido un gran error, estoy arrepentido, trabajo desde los 16 años, tengo un bebé y ya no consumo", insistió el sospechoso en el turno de la última palabra.

El hombre fue detenido a mediados de julio de 2016 en el aeropuerto de Palma cuando llegó a la isla en avión procedente de Londres. En la maleta que había facturado, la Guardia Civil halló cerca de 70 pastillas de éxtasis camufladas en un bote entre comprimidos de vitaminas. Los agentes también se incautaron de unos cinco gramos de éxtasis en roca y de ketamina. "Eran para mi propio consumo. Me salieron muy baratas y las traje a la isla para disfrutar en mis vacaciones", aseguró el acusado, quien negó ser pinchadiscos y recalcó que tiene un buen trabajo en Reino Unid0.

Mientras, un guardia civil que investigó el caso manifestó que las pesquisas se iniciaron tiempo atrás cuando tuvieron informaciones de que un español residente en Reino Unido que hacía de DJ se dedicaba a traficar. Según su versión, el sospechoso de forma regular viajaba a Mallorca.