Un juzgado de Palma condenó este miércoles a una mujer a tres años de prisión por cometer una oleada de robos en establecimientos comerciales y de restauración de madrugada a finales de octubre de 2017. En apenas una semana, la sospechosa perpetró siete golpes, la mayoría en locales de la ciudad.

La acusada, que está encarcelada, reconoció que accedía a los negocios tras romper las cristaleras con una piedra. Inicialmente, se enfrentaba a una petición de condena de cinco años de prisión. Ayer aceptó una pena de tres años de cárcel y varias indemnizaciones que suman más de 4.000 euros a los perjudicados.

Tras alcanzar un acuerdo, la magistrada dictó sentencia 'in voce' contra ella. Le impuso tres años de prisión por un delito continuado de robo con fuerza en interior de establecimiento público. La jueza apreció la circunstancia atenuante de toxifrenia, ya que en el momento de los hechos, la sospechosa era adicta a las drogas. "Caí en picado por la droga", aseguró ayer la encausada al final de la vista oral.

Los primeros hechos ocurrieron en la madrugada del 22 al 23 de octubre de 2017, cuando la mujer rompió el cristal de un conocido restaurante de la calle Aragón, de Palma, con una piedra. También fracturó la pantalla táctil de la caja registradora y se apoderó de seis botellas de licor y de 1.800 euros en metálico. Los desperfectos ocasionados y el alcohol sustraído están valorados en 1.176 euros.

Tres días más tarde, sobre las cinco y media de la mañana, actuó en otro local en la calle La Gruta. Tras levantar la persiana del bar, rompió el cristal de la puerta de acceso. Esta vez, logró hacerse con 910 euros y causó daños por un montante de 107 euros.

El 29 de octubre de 2017, entre las dos y las tres de la madrugada, la encausada volvió a utilizar una piedra de grandes dimensiones para romper el escaparate de una clínica veterinaria en la calle Llucmajor, en las cercanías del barrio de El Molinar. No consiguió ningún botín.

Al día siguiente, 30 de octubre, sobre la una de la mañana, fracturó también con una piedra el cristal de otro comercio en la calle Illa de Xipre. No pudo acceder al local, pero ocasionó desperfectos.

Media hora después, rompió con una piedra el vidrio del escaparate de una gasolinera ubicada en el Camí de Can Pastilla. Tampoco logró entrar en el establecimiento. Posteriormente, a las tres de la madrugada de ese mismo día, fracturó la cristalera de un restaurante de El Molinar usando una piedra. Robó 50 euros en efectivo.

Por último, una hora más tarde, aproximadamente a las cuatro de la mañana, desvalijó una autocaravana que estaba estacionada en la calle Golfo de León. Tras romper una ventanilla del vehículo, la mujer se apoderó de una cámara de vídeo, un compresor, un cargador de batería y otros efectos.