El centro penitenciario de Palma lidera el ranking de 2017 de agresiones a funcionarios de prisiones con 20 ataques, dos de ellos graves. Según denuncia el PSOE, los funcionarios de prisiones han sufrido en España un total de 665 agresiones en los últimos dos años (2016 y 2017), lo que supone que, de media, fueron víctimas de un ataque diario.

Los diputados socialistas Miguel Ángel Heredia, Ana María Botella y David Serrada, portavoz de Interior, habían pedido al Gobierno que les facilitase datos sobre las agresiones a trabajadores de centros penitenciarias en 2017 y su variación respecto al año anterior.

En su respuesta, el Ejecutivo informa de que en 2017 hubo 305 agresiones, de las cuales ocho fueron graves (un 60% más respecto a 2016), 176, leves (un 8% más), y 121 acabaron sin lesiones (un 37,3% menos que un año antes).

Por centros penitenciarios, Madrid VII fue con 24 agresiones la prisión con mayor número de agresiones en 2016, seguido de Mallorca y Zaragoza-Zuera, con 20; y los de Madrid V y Puerto I, con 18, y el Hospital Psiquiátrico de Sevilla, con 15.

Más accidentes laborales

A estos datos, el diputado socialista Miguel Ángel Heredia añade otros a tener en cuenta, como el hecho de que el número de accidentes laborales de los funcionarios de prisiones se haya incrementado casi un 30%, pasando de 931 registrados en 2011 a los 1.186 que se contabilizaron hasta el 4 de diciembre de 2017.

Heredia señala que esos incrementos son especialmente significativos en prisiones las de Balears de, 24 a 85; A Coruña, de 27 a 66; Cádiz, de 50 a 95; Granada, de 26 a 40; Alicante, de 49 a 65; o Badajoz, donde se ha pasado de 7 a 19.

Casi 1.300 trabajadores menos

Con estos datos en la mano, los de agresiones y los de accidentes laborales, el parlamentario socialista se ha preguntado si tiene algo que ver esas cifras con el descenso de "1.285 trabajadores" en los centros penitenciarios, una media de casi 200 menos por año que hay desde 2011, esto es, en palabras de los socialistas, desde la llegada de Mariano Rajoy al poder.

En este punto, Heredia denuncia que en algunas cárceles, un único funcionario tiene que supervisar a un máximo de 70 internos que comparten un mismo módulo, a lo que hay que añadir una circunstancia más, el envejecimiento de la plantilla de Instituciones Penitenciarias, en la que más del 66% supera los 45 años y la mitad está por encima de los 50 años.