Los cuatro turistas británicos detenidos por causar el incendio el pasado domingo en el hotel en el que se alojaban en Magaluf (Calvià) que dejó daños por valor de 200.000 euros negaron ayer los hechos ante el juez de guardia de Palma. Los arrestados quedaron libres, pero no podrán regresar a su país, ya que el magistrado les ha retenido el pasaporte hasta que no paguen una fianza de 30.000 euros por los destrozos causados.

Los cuatro jóvenes alegaron que estaban en el balcón fumando, charlando y bebiendo cuando la habitación empezó a arder. De hecho, explicaron que ni siquiera se enteraron del fuego en el interior del dormitorio y que fueron alertados por los gritos de una mujer. En una de las camas dormía otro muchacho que había bebido mucho y que se despertó sobresaltado al notar calor en los pies. Según este testigo, se marchó corriendo al ver la estancia en llamas y no observó a nadie más dentro.

Los cuatro sospechosos quedaron en libertad con cargos ayer por la noche por orden judicial. El magistrado de guardia de Palma les ha retenido el pasaporte y les ha impuesto una fianza de responsabilidad civil de 30.000 euros para hacer frente a los graves desperfectos que sufrió el establecimiento hotelero BH Mallorca, propiedad del Grupo Cursach. Así pues, no podrán regresar a su país hasta que no paguen esa cantidad.

La Policía Judicial de la Guardia Civil de Calvià detuvo a los cuatro muchachos el lunes por un delito contra la seguridad colectiva, al provocar el incendio que puso en peligro a decenas de personas. Un centenar de turistas fueron desalojados, siete personas tuvieron que ser rescatadas con la autoescala de los bomberos y dos habitaciones quedaron arrasadas por las llamas, además de otras dependencias afectadas por el humo y las altas temperaturas. Tres guardias civiles resultaron intoxicados leves por inhalación de humo.

Los investigadores sospechan que los cuatro detenidos quisieron gastar una broma al otro turista que dormía encendiendo un aerosol con un mechero. La broma se les fue de las manos y acabaron provocando el grave incendio, que en cuestión de segundos se propagó.

Los sospechosos, dos chicos y dos chicas, indicaron en su declaración judicial que la tarde del domingo estaban fumando y charlando en el balcón. Según la versión de uno de ellos, los dos chicos jugaban en el balcón con un mechero con forma de pistola. Al parecer, habían comprado cuatro encendedores de ese tipo, con la figura de un arma, en un bazar chino de los alrededores. Durante la inspección ocular en la habitación quemada, los agentes hallaron uno de esos mecheros en el balcón.

Los acusados no hicieron mención alguna al aerosol que supuestamente utilizaron. Manifestaron que una mujer les avisó a gritos de que había un incendio en la habitación, por lo se marcharon corriendo del balcón. Antes, apagaron los cigarrillos que fumaban, según apuntaron.