Un delincuente obligó a una taxista a que le llevara a Son Banya. Cuando estaban cerca del poblado, la conductora le instó a que se apeara y este la amenazó con una botella rota. Como buenamente pudo, la víctima escapó y pidió ayuda. Varios transeúntes retuvieron al delincuente en el coche hasta que agentes de la Policía Nacional le detuvieron por un presunto delito de robo con violencia e intimidación.

Los hechos ocurrieron sobre las ocho de la tarde del pasado sábado en la calle Francesc Suau de Palma. Un sujeto aprovechó que unos clientes se apeaban del vehículo para subirse a un taxi y conminar a la conductora a que le llevara a Son Banya. Pese a la negativa inicial, la taxista accedió a regañadientes, al ver su comportamiento violento.

Cuando estaban de camino al poblado, un atasco les sorprendió en una rotonda de la calle Cardenal Rosell. Entonces, la conductora conminó al pasajero a que se apeara y continuara a pie hasta Son Banya.

Lejos de acatar la orden, el delincuente esgrimió el cuello de una botella de cristal rota y amenazó con ella a la taxista para que le entregara la recaudación. Al no pisar el freno del coche, el vehículo fue hacia atrás e impactó contra una valla.

En ese instante, la taxista aprovechó la oportunidad para escapar del coche y pedir auxilio. Varios viandantes, que acertaron a pasar por el lugar, atendieron a la víctima. Cuando esta les explicó lo que le había ocurrido, los transeúntes reaccionaron con suma celeridad.

Los dos testigos se situaron junto a las puertas del taxi para evitar que el atracador pudiera darse a la fuga. Previamente habían llamado a la Policía para que detuvieran al asaltante de la conductora.

Una patrulla no tardó en aparecer por el lugar. Los agentes tuvieron que reducir al delincuente, que se había parapetado dentro del coche y oponía una fuerte resistencia. El asaltante fue puesto ayer por la mañana a disposición judicial.