La Audiencia de Palma ha condenado a penas que suman siete años y cinco meses de prisión a seis acusados, cinco hombres y una mujer, por traficar con anabolizantes y éxtasis en un gimnasio de Magaluf y en un establecimiento dedicado a la venta de preparados para el rendimiento físico desde junio de 2015 a principios de 2016.

Los seis sospechosos, vinculados al mundo del culturismo, se han declarado hoy por la mañana autores de un delito contra la salud pública. Todos ellos han aceptado penas de prisión, multa y su inhabilitación para el ejercicio de cualquier profesión u oficio relativo a la preparación o entrenamiento personal y comercio de efectos, sustancias o productos alimenticios relacionados con el deporte.

Los cinco hombres encausados, además, se han confesado responsables de un delito de pertenencia a grupo criminal. Cuatro de ellos se han conformado con una condena de un año y tres meses de cárcel, mientras que el principal acusado, con dos años de prisión, y seis meses de inhabilitación para ser entrenadores personales. La pareja de este último, una mujer británica, se ha mostrado de acuerdo con una pena de cinco meses de cárcel. Inicialmente, la mayoría se enfrentaba a peticiones de condena de cinco años de prisión.

El tribunal de la sección segunda ha acordado suspender las penas de prisión para todos ellos durante cuatro años, excepto para el principal sospechoso, que se pospone la suspensión a la ejecución de sentencia.

Los encausados, entre junio de 2015 y marzo de 2016, se dedicaban de manera coordinada, estructurada y estable a la elaboración y venta a terceros de medicamentos y sustancias anabolizantes destinadas al incremento de las capacidades físicas y cuya comercialización está controlada o no autorizada en España. También elaboraban y distribuían éxtasis y anfetamina.

Los sospechosos producían anabolizantes y éxtasis con máquinas y luego vendían estas sustancias aprovechando que varios de ellos eran reconocidos preparadores personales y uno de ellos, propietario de un gimnasio en Magaluf. También distribuían los fármacos a través de un establecimiento dedicado a la la venta de preparados para la mejora de las capacidades físicas, así como al asesoramiento y entrenamiento personal, que gestionaba uno de los encausados.

La pareja sentimental del principal sospechoso, siguiendo las instrucciones directas de él, vendía las sustancias en el local o a través de contactos telefónicos.

Otro de los implicados, mediante una imprenta en la que trabajaba y otro negocio que regentaba, procedía a diseñar e imprimir las etiquetas de las sustancias anabolizantes fabricadas imitando los logotipos y las imágenes de los medicamentos originales, por encargo de los otros sospechosos y previo a su introducción en el mercado.

La Policía Nacional realizó la operación contra el tráfico de anabolizantes en la isla a principios de marzo de 2016 y registró el gimnasio de Magaluf de dos de los acusados, así como los domicilios de los sospechosos. En las viviendas, los agentes hallaron multitud de sustancias, fármacos y decenas de jeringuillas, ampollas y comprimidos.