Un joven de 24 años fue sorprendido el pasado fin de semana cuando grababa con su teléfono móvil a una chica en los probadores de una tienda en Palma. El sospechoso acabó detenido por la Policía y admitió que no era la primera vez que filmaba a hurtadillas a mujeres en circunstancias parecidas. Los agentes encontraron un vídeo en su móvil y le imputan un delito de descubrimiento y revelación de secretos.

Los hechos ocurrieron el pasado sábado por la tarde en una tienda del centro comercial Porto Pi. Una joven de 23 años estaba probándose unas prendas de ropa en los vestuarios del establecimiento. De pronto, descubrió en el suelo, entre su habitáculo y el de al lado, un teléfono móvil. En la pantalla aparecía ella misma, lo que evidenciaba que estaba siendo grabada semidesnuda.

La víctima montó en cólera. Enfurecida, salió del probador y se encaró con el joven que estaba en el vestuario contiguo. Empezó a recriminarle que estuviera filmándola mientras se probaba la ropa.

La escena derivó en una acalorada discusión que llamó la atención de los empleados y el resto de clientes de la tienda. Al lugar acudió entonces un vigilante de seguridad, que medió en la trifulca y trató de aclarar el origen del revuelo.

La mujer le contó entonces lo ocurrido y el vigilante decidió retener al hombre y alertar a la Policía Nacional ante las fundadas sospechas de que se había cometido un delito. Los agentes que acudieron al establecimiento se entrevistaron con la víctima y el acusado.

El hombre admitió los hechos sin ambages. Reconoció que había grabado a escondidas a la mujer esa tarde y los policías comprobaron que en su teléfono móvil había un vídeo en el que la víctima aparecía en el probador cambiándose de ropa. Además, el joven confesó que no era la primera que lo hacía. Según dijo, ya había filmado en ocasiones anteriores a otras mujeres en los vestuarios de tiendas, explicaron ayer fuentes policiales.

La Policía Nacional detuvo al sospechoso como presunto autor de un delito de descubrimiento y revelación de secretos, penado con hasta cinco años de prisión. El acusado fue trasladado a comisaría para tomarle declaración sobre lo ocurrido.

Tras ser interrogado, el sospechoso fue puesto a disposición del juzgado de guardia.