Miguel P.F., el joven conductor de 28 años detenido el pasado domingo por la noche por presuntamente circular ebrio y drogado y causar un accidente en el que murió una mujer de 45 años en s'Illot, admitió ayer ante la magistrada de guardia de Manacor que había consumido cocaína y alcohol. El muchacho, que se mostró muy afectado y rompió a llorar en varias ocasiones durante su declaración judicial, reconoció que bebió un gintonic y medio en un bar de s'Illot cuando miraba la primera parte del partido de fútbol entre el Barça y el Madrid y luego tomó medio gramo de cocaína compartido con su primo en la puerta de su casa.

El sospechoso, defendido por el abogado Miquel Àngel Ordinas, recalcó que la víctima, a la que conocía bien porque fue su entrenadora de baloncesto, no se quedó sola en ningún momento tras el siniestro y que él fue el primero en intentar reanimarla nada más bajar del coche.

La jueza de guardia de Manacor dejó ayer en libertad con cargos al acusado y le retiró el carné de conducir de forma cautelar. El joven compareció a primeras horas de la mañana por su propio pie y tapándose la cara ante el juzgado de instrucción número 2 de Manacor, en funciones de guardia. El muchacho estaba ya libre, después de que la Policía Local de Manacor lo arrestara por el siniestro. La jueza acordó al mediodía que siguiera en libertad pero con medidas cautelares ante la gravedad de los hechos. La magistrada le retiró el carné de conducir, el pasaporte, le prohíbe salir del país y le obliga a comparecer en el juzgado los días 1 y 15 de cada mes.

Miguel P.F. prestó declaración ayer ante la jueza acusado de un homicidio imprudente y un delito contra la seguridad del tráfico. La Policía Local de Manacor inicialmente también le imputaba un delito de omisión del deber del socorro, ya que el conductor se marchó del lugar tras impactar contra la furgoneta de la víctima, si bien poco después regresó.

Según su versión, justo después del siniestro atendió a la conductora, Francisca Llull Riera, de 45 años y vecina de s'Illot, a la que conocía porque había sido su entrenadora de baloncesto y eran amigos. Encontró su cuerpo fuera del vehículo, al lado de su furgoneta Citroen, y, al tener formación como socorrista, trató de reanimarla practicándole las maniobras de reanimación cardiopulmonar. Después de varios minutos, constató que la víctima había fallecido, por lo que decidió ir a pie al domicilio de un familiar, puesto que no llevaba el teléfono móvil encima y quería avisar de lo ocurrido, según manifestó. Además, en esos momentos ya había más gente en el lugar y su primo que viajaba como copiloto también se quedó allí.

El joven dijo que no vio la furgoneta porque no tenía visibilidad debido a un arbusto y un pino y por eso chocó. Según indicó, iba a unos 30 kilómetros por hora y negó que circulase a gran velocidad, así como que no respetase las prioridades de paso, como su primo manifestó.

El accidente ocurrió el domingo a las diez y cuarto de la noche en el cruce de las calles Llop y Girasol, en s'Illot, cuando el Volkswagen Golf del joven chocó de forma frontolateral contra la furgoneta conducida por Francisca Llull. La víctima no llevaba puesto el cinturón de seguridad y murió. Miguel P.F. dio positivo en cocaína y también en alcohol, con una tasa de 0,29 mg/l y 0,28. El joven conocía a la víctima. Esa noche, antes del siniestro, ambos coincidieron en un bar y se saludaron.