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Enésimo despliegue policial

Asedio a la droga en Son Banya

El hedor de las montañas de basura y del agua estancada hacen vislumbrar el próximo fin del poblado

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Nuevo golpe policial contra el narcotráfico en Son Banya

Sin respiro a la droga en las postrimerías de Son Banya. Un centenar de agentes de la Policía Nacional tomó el poblado en la tarde del martes. La acción fue tan sorpresiva que algunos compradores tuvieron que dar un volantazo a su coche para disimular cuando pretendían entrar al poblado a comprar la dosis.

Un profundo hedor recibe al visitante nada más adentrarse en el poblado. Es la prueba fehaciente de que el fin de Son Banya está próximo. La montaña de basura junto al agua estancada en grandes charcos desprende un profundo tufo.

Este primer escollo es salvado por los agentes de la Policía Nacional antes de desplegarse por los principales puntos de venta de droga del asentamiento. Al menos los que aún subsisten a las sucesivas redadas antidroga practicadas este año en Son Banya.

Solo en el poblado, los policías realizaron 11 registros en infraviendas reconvertidas en puntos de venta de droga. Efectivos del Grupo de Estupefacientes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional habían puesto en marcha la 'Operación XXL', la segunda fase de la 'Nitrato' que se había desencadenado a finales del pasado mes de marzo.

La redada policial iba dirigida contra el clan de La Taílla, desgajada a su vez de 'El Bizco' y de 'El Ove'. No obstante la inmensa mayoría de los arrestados eran de nacionalidad colombiana. Se trataba de los suministradores de la cocaína, que también se encargaban de ponerla a la venta.

Así, varias estancias de las chabolas más apartadas habían sido habilitadas para vender los estupefacientes. La irrupción de los policías sorprendió a los traficantes sin darles opción a deshacerse de la droga.

En las pequeñas mesas tenían los útiles para pesar la cocaína en balanzas de precisión y la calculadora para llevar a cabo las cuentas de la venta de estupefacientes. Los presuntos traficantes permanecían esposados fuera del habitáculo.

Reactivo a la cocaína

Para disipar cualquier duda, un agente utilizó un reactivo en un aerosol para certificar que la sustancia que acababan de intervenir era cocaína. El color azul confirmaba que se trataba de cocaína.

Mientras tanto, efectivos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), pertrechados tras escudos y escopetas de pelotas de goma, mantenían a raya al resto de los todavía residentes en el poblado. Algunos menores no querían perderse ripio del importante despliegue e increpaba a los agentes subidos en sus bicicletas.

La actuación policial se extendió a varios inmuebles situados en las calles Verge del Lluc, Aragó y Gomila. Además, en Francesc Martí i Mora se registró un bar. Esta acción se sumó al enésimo ataque a los narcos de Son Banya antes del golpe de gracia.

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