Las carreteras de la isla volvieron ayer a mostrar su extremada vulnerabilidad. Cuatro accidentes por alcance sin heridos de gravedad provocaron una serie de monumentales atascos en la Vía de Cintura, las autopistas de Llucmajor e Inca y la carretera de Manacor. Miles de conductores se vieron atrapados durante horas en los embotellamientos.

Fuentes de la Guardia Civil de Tráfico informaron de que los siniestros fueron colisiones por alcance de varios vehículos, sin heridos de gravedad. El problema es que se registraron de forma casi simultánea y coincidieron en unas horas de máxima afluencia de tráfico: la consecuencia fue un colapso casi total en la circunvalación de Palma y en tres de las principales salidas: Llucmajor, Manacor e Inca.

Una de las colisiones se registró en la confluencia de la Vía de Cintura y la autopista de s'Arenal; otra en la autopista de Inca a la altura del centro comercial Alcampo; otra más en la autopista de s'Arenal, a la altura de Can Pastilla; y una cuarta en la carretera de Manacor, a la altura de Can Blau.

Se trataba de siniestros inicialmente de escasa trascendencia, colisiones por alcance en los que no hubo heridos de gravedad, pero coincidieron con una hora de máxima afluencia en las carreteras.

Las vías donde se registraron los siniestros quedaron parcialmente cortadas por los coches accidentados y los vehículos de emergencias. La consecuencia fueron enormes retenciones que se extendieron por cuatro de las principales vías de la isla y que atraparon a millares de conductores.

Las dotaciones de la Guardia Civil de Tráfico tuvieron que multiplicar sus esfuerzos para tratar de dar salida a los miles de vehículos que se vieron afectados por los atascos. En algunos puntos la situación no se normalizó hasta pasadas varias horas.