¿Quién es Jody Sanders, el multimillonario británico que el pasado domingo, a las 19.40 horas, estrelló un Rolls-Royce de 307.000 euros contra el estanco de Portals, causando destrozos en el local por valor de 15.000 euros?

Tiene algo más de 30 años, le gusta la vida alegre, la compañía femenina y sobre todo exhibir su poderío económico, ya sea a bordo de su yate o de la colección de coches de lujo que conduce. Se le conoce como el magnate inconformista, así lo ha bautizado la prensa inglesa desde que lo ha convertido en uno de sus personajes favoritos, protagonista de las portadas de los tabloides Daily Mail o The Sun.

En las redes sociales ha colgado su lema para que lo vea todo el mundo: "No me juzgues por ello, pero he ganado un montón de dinero". Sanders es natural de la localidad británica de Warwickshire, en el medio oeste del país, y reparte su tiempo entre su lujosa mansión inglesa y Portals, donde posee una villa muy cerca de donde ocurrió el accidente.

Desde el siniestro del domingo en la localidad de Calvià no se habla de otra cosa, es la comidilla de turistas, residentes y trabajadores. El joven magnate ahora está algo avergonzado por lo sucedido, ha llamado al estanco para que su seguro se haga cargo de todos los desperfectos y se ha presentado ante la policía para hacerse cargo de lo sucedido y abonar una multa de 250 euros por conducción temeraria.

Pero su trastorno no irá más allá, no tendrá que tomar ningún autobús mientras manda su Rolls-Royce Dawn Coupe al mecánico, pues entre su parque móvil también cuenta con un potente Lamborghini y un Mercedes Sport para circular por la isla. La vida alegre de Jody Sander puede continuar.

Un 'playboy' enamorado de la diversión

Al joven playboy británico le gusta exhibir su cuerpo. Sus redes sociales están llenas de fotografías en la que se muestra con el torso desnudo, al timón de su yate, al volante del Rolls-Royce con el que se estrelló, con su nombre grabado en la matrícula, o divirtiéndose en un beach-club mallorquín bailando con una botella de champán en la mano.

Precisamente, según recoge la prensa inglesa, había pasado el día del accidente en el más famoso de los beach-club mallorquines, el Nikki Beach de Magaluf, divirtiéndose con las dos jóvenes latinoamericanas con las que se detuvo a las 19.40 horas en el aparcamiento del supermercado Cidón de Portals. Las jóvenes llevaban atrevidos bikinis y movían sus caderas y él, como en sus fotos de las redes sociales, vestía bañador sin camiseta. Bailaban al ritmo de la música atronadora del coche. Ellas, moviendo las caderas sentadas en los respaldos del asiento trasero del lujoso descapotable.

Huyó a la carrera del lugar del accidente y se escondió en un jardín.

El resto del episodio lo cuanta con detalle una vecina francesa que reside en Portals desde hace más de cuarenta años y fue testigo de los hechos.

"Llegaba de Bendinat y me dirigía en coche a casa", relata a Diario de Mallorca. "Vi el coche parado en el aparcamiento del restaurante Cidón y me dispuse a girar, porque supuse que el coche saldría en la dirección de la vía". Sin embargo, ocurrió un accidente que hubiera podido terminar en tragedia. "En vez de ir hacia adelante, el automóvil de Sanders y las dos chicas arrancó marcha atrás a todo gas y se estampó con violencia contra el estanco", relata.

La vecina aparcó enseguida, por si tenía que explicar lo sucedido a la policía. "Hubiera podido terminar en tragedia. Se estampó contra el estanco, pero por unos metros hubiera podido hacerlo contra la terraza del restaurante La Perla, que en ese momento estaba llena".

Sanders y sus acompañantes pudieron salir del coche sanos y salvos, aunque con algunas heridas. "Él tenía una brecha en la cabeza y ellas muchos fragmentos de pequeños cristales clavados en los brazos. Y al tardar tanto tiempo en llegar la Policía huyeron del lugar, en dirección a Puerto Portals, primero caminando, luego acelerando un poco más el paso y finalmente corriendo", explica la vecina. "Una amiga me explicó que los vio esconderse en el jardín comunitario de una finca, donde las jóvenes aprovecharon para quitarse los cristales que todavía tenían clavados en el brazo. Y de ahí salieron corriendo", comenta.