La fiscal ha mantenido hoy su petición de pena de 25 años de prisión para José María C.G., el profesor de instituto de 51 años de baja por depresión, acusado de asesinar a su esposa Celia Navarro Miguel, de 56 años, estrangulándola tras pegarle una paliza y golpearla en la cabeza de forma reiterada con una tetera de forja en su domicilio de Son Cotoner, en Palma, el pasado 15 de noviembre de 2016. "Él es maquiavélico a más no poder", ha recalcado la fiscal. "Es frío y calculador, sabía lo que hacía. Él fue capaz de engañar, no tiene ninguna enfermedad mental", ha subrayado.

El ministerio público ha modificado sus conclusiones hoy en la cuarta sesión del juicio con jurado en la Audiencia de Palma al concretar los hechos y solicitar una indemnización menor en beneficio de los cinco hijos de la fallecida. En concepto de responsabilidad civil, ahora reclama 80.000 euros para cada hijo, en vez de los 120.000 euros iniciales que pedía.

La fiscal ha reclamado la pena máxima para el sospechoso, con la mirada perdida y que parecía ausente en todo momento en la vista oral, por un delito de asesinato con alevosía y la circunstancia agravante de parentesco. Según su tesis, la pareja discutió en la cocina del domicilio de la calle Margarita Xirgu, y allí ella fue golpeada con una tetera en la cabeza estando desprevenida. El hombre siguió pegándole con la tetera de hierro en la cabeza y la cara. La perjudicada cayó hacia atrás golpeándose la cabeza contra la pared. Luego, la cogió a peso y la transportó. También la arrastró hacia el cuarto de baño, donde finalmente la mató estrangulándola. Según la fiscal, la mujer no pudo huir, no tuvo opción de defenderse en el baño, ya que había bebido alcohol. Mientras, el acusado simuló un suicidio, tomó pastillas y se hizo unos cortes superficiales en las muñecas. "Él es una persona fría y calculadora que sabía lo que hacía", ha destacado la acusación pública. "Él es maquiavélico a más no poder. Es una persona capaz y con voluntad de saber lo que hizo", ha añadido.

La fiscal ha subrayado que el sospechoso, en su condición de psicólogo y de persona inteligente, incluso engañó al médico psiquiatra: "Él fue capaz de engañar, eso es de ser maquiavélico, no tiene ninguna enfermedad mental". El ministerio público ha recalcado que José María C.G. no colaboró "en ningún momento" con los investigadores. Tampoco ha reparado el daño ni ha confesado. "Celia no era la mala de la película, la estaba volviendo loca", ha apuntado.

Por su parte, la acusación particular ha aumentado su petición de condena de 20 a 25 años de cárcel para el profesor de instituto por asesinato con premeditación, ensañamiento y la agravante de parentesco. El abogado ha calificado el ataque de "brutal, salvaje y desproporcionado" con una tetera y los puños. La víctima sufrió más de 26 lesiones en el cuerpo. "El acusado es una persona fría, organizada, es un depredador, es metódico, le gusta hacer las cosas muy bien y dejarlo todo atado y bien atado", ha hecho hincapié el letrado de la acusación particular, que también pide 80.000 euros de indemnización para cada hijo de la víctima.

La abogada del Govern, que ejerce la acusación popular, también ha reclamado 25 años de cárcel y la misma responsabilidad civil. Por último, el letrado defensor ha solicitado una pena de siete años y medio de prisión y 40.000 euros para cada uno de los cinco hijos de la fallecida por un delito de homicidio con tres circunstancias atenuantes: trastorno mental transitorio, confesión y reparación del daño. De forma alternativa, si el jurado lo considerara culpable de asesinato, la defensa ha interesado diez años de cárcel.