Una conductora francesa acusada de arrollar mortalmente a un ciclista, Biel Llull, policía local de Palma, cuando circulaba en coche en estado ebrio a las afueras de Sineu a mediados de septiembre de 2016 ha reconocido hoy en el juicio que había bebido "mucho". Biel Llull iba en bicicleta con su hijo, menor de edad, cuando fueron atropellados en la carretera vieja de Sineu. La imputada casi cuadruplicó la tasa máxima permitida de alcoholemia al dar dos tasas positivas de 0,94 y 0,98 mg/l.

La sospechosa, de 36 años, muy nerviosa y temblorosa y que en varias ocasiones ha roto a llorar ante el juez, ha admitido que la tarde del pasado 14 de septiembre de 2016 se hallaba bajo los efectos del alcohol. "No recuerdo muy bien cómo ocurrió, por el alcohol. No recuerdo haber invadido el carril contrario, iba hablando con mi pareja", ha manifestado, mostrándose dubitativa.

La mujer ha indicado que no recordaba el momento del atropello. "He intentado recordar algunos momentos. Cuando ocurrió el accidente no sé lo que pasó", ha añadido, asistida por un intérprete de francés. Tampoco dijo recordar cuando trató de confundir a la Policía Local y a la Guardia Civil manifestándoles que no era ella quien conducía, sino su acompañante, su pareja. "No puedo dar más detalles. Luego, me bajé del coche y vi a una persona tumbada en el suelo, no podía respirar, yo quería ayudarle. Eran dos ciclistas, entendí que el niño era su hijo porque le decía ´papá´", ha apuntado la encausada con la voz entrecortada. Según su versión, en ningún momento intentó abandonar el lugar y ella misma trató de reanimar al ciclista en estado crítico.

La sospechosa ha argumentado que cuando bajó del coche lo primero que hizo fue retirar la bicicleta que había quedado debajo del turismo porque "pensaba que debajo de la bici había otra persona". También ha negado que quisiera agredir a un testigo, otro conductor que circulaba detrás de ella. "No era mi intención, yo intenté hablar con el testigo para que cuidara del niño y no se acercara a su padre", ha destacado.

La ciudadana francesa sí ha recordado que ese día llegó a Sineu sobre las once de la mañana y visitó el mercado tradicional que se celebra todos los miércoles. Se marchó del pueblo a las siete y cuarto de la tarde, según su versión. "Empecé a beber entre las dos menos cuarto y las dos de la tarde. La última vez que bebí fue minutos antes de irme, en el bar de la plaza de Sineu", ha apuntado. "Cogí el coche de manera inconsciente, no tenía conciencia de que no me hallaba en condiciones de conducir", ha asegurado la mujer ante una sala abarrotada de gente, sobre todo amigos, familiares y allegados a Biel Llull, entre ellos compañeros de la Policía Local de Palma y el alcalde de Sineu.

La pareja de la conductora acusada, que iba de copiloto en el coche siniestrado, un Opel Corsa, ha declarado también que no recordaba el momento del impacto y el atropello a los ciclistas. Ha admitido que ambas habían bebido mucho. "No recuerdo la velocidad a la que íbamos, pero no era muy rápido. No me acuerdo si nos abrazábamos o nos besábamos mientras circulábamos en el coche", ha agregado. La joven ha reconocido que tras el siniestro dijo a los agentes que ella era la conductora: "Dije que conducía yo para proteger a mi pareja". Según su versión, ambas se hallaban en estado de shock, muy nerviosas y exaltadas. La testigo también ha confirmado, que estando su compañera en prisión provisional, hizo una transferencia de dinero de una cuenta común para reparar el daño.

Un conductor que circulaba detrás de las dos francesas y que vio el atropello ha destacado que el coche no golpeó al niño y que arrolló directamente al ciclista adulto. Según su tesis, no observó que circulara de forma irregular. Sin embargo, otros tres testigos que se cruzaron con el turismo antes del accidente han recalcado que iba haciendo eses por la carretera y que en una ocasión incluso invadió el carril contrario. "Se incorporó a la carretera e invadió el carril contrario. Iban con la música muy alta y las ventanillas bajadas. Me llamó la atención la dificultad que tenían para cambiar de marcha", ha subrayado un joven testigo que esa tarde también iba en bicicleta.

El dueño de un bar de Sineu recordó que las dos mujeres se tomaron dos copas de hierbas cada una y que estaban muy alteradas: “Querían invitar a toda la terraza. Me negué a servirles más”. Dos familiares del fallecido, con un hijo y una hija de corta edad, recalcaron que no les llegó el perdón de la acusada y que esta estaba muy agresiva e insultaba. “Mi hijo tiene pesadillas. Vio morir a su padre, vio el accidente. Le he visto sufrir”, indicó la expareja de la víctima.

La Guardia Civil de Tráfico concluyó que el siniestro se debió a una distracción de la conductora, unida a ir bebida. “La copiloto la distrajo”, dijo el instructor. El agente destacó que los dos ciclistas circulaban correctamente. El coche siguió casi 100 metros en línea recta tras el atropello. La acusada estaba agresiva, exaltada, les intentó confundir y presentaba síntomas de ebriedad.

El fiscal solicita tres años y nueve meses de prisión para la conductora acusada y cinco años y medio de prohibición de conducir vehículos, lo que implica la pérdida de vigencia del carné. La acusación particular reclama la pena máxima por homicidio imprudente en concurso con un delito contra la seguridad vial por conducir bebida, cuatro años de cárcel, y seis de prohibición de conducir automóviles. Por su parte, la defensa pide una pena mínima de prisión de no cumplimiento. Hoy sigue el juicio.